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Mi preciosa y sexy mucamita
Fecha: 03/06/2021, Categorías: Sexo en Grupo Autor: beto69, Fuente: CuentoRelatos
... medidas tengo… —Entonces tendré que medirte yo… Voy a buscar la cinta métrica, mientras tanto vos sacate tu ropa… —le dije. —¿Para qué? – preguntó, sorprendida. —Para tomar tus medidas; supongo que no vas a tener vergüenza, soy un hombre grande y no me asusta ver una chica desnuda…—sostuve sonriendo. Sin esperar su respuesta fui hasta el cuarto donde guardaba herramientas. Encontré la cinta métrica y antes de volver al living desajusté un poco el toallón. Mi plan era que en algún movimiento cayese para quedar desnudo. La excitación logró pararme la polla que logró levantar la tela que la cubría. Al ver a Eulalia se detuvo mi aliento y corazón: ¡estaba desnuda, sentada y mirándome con inocencia! ¡La pendeja era impresionantemente hermosa, apetecible, una escultura de mujer! Hice esfuerzo para controlarme y no exclamar mi admiración. Le pedí que se parase y diese vuelta dándome su espalda. Me coloqué detrás de ella y rodeé sus preciosos senos con la cinta. Simulando torpeza la dejé caer. La preciosa se agachó rápidamente para alcanzármela y con su trasero rozó mi ...
... poronga parada sobre el toallón, el cual cayó a mis pies. Mi pija saltó enhiesta, en el mismo instante en que Eulalia giró su silueta y contempló mi viril excitación. —¡Bueno, ahora los dos estamos iguales, aunque yo tengo algo que se nota mucho…! —dije riéndome. —Está bien señor… Volví a rodear sus tetas, apoyando mi cuerpo contra el suyo, por lo que el pene le rozaba su culo, cadera y entrepierna. —Después de medirte voy a tener que solucionar esto que te está rozando… -comenté. —Parece que sí señor…; no puede salir así a la calle… —sostuvo ruborizada y con la respiración agitada. Con calculada morosidad medí sus formas, aprovechando para tocar sus costados. Al llegar a la cadera me arrodillé y olí su conchita. Quedé cautivado: ¡la pendeja se depilaba sus labios vaginales! Era preciosa esa rayita delicada. Intenté controlarme. —Tenés 94 de busto, 62 de cintura y 92 de cadera; nada mal… —¿Nada mal para qué señor? – preguntó. Obvié responderle. Sonreí para adentro. La vestiría como mi mucamita erótica… ¡Mis pajas serían magníficas…! Para la noche tenía un plan…