1. Mi papá se vino dentro de mí


    Fecha: 07/11/2017, Categorías: Incesto Autor: Stregoika, Fuente: SexoSinTabues

    ... maravillosas: El miedo de sentir que la respiración se detenía a causa del placer, y que ese placer fuera nada menos que mi papá lamiéndome. Empecé a sentir una presión en el pecho bajo que competía con el placer. Ambas cosas ascendían como volcanes. No pude respirar más, ni siquiera para dar los gritos que sentía tantas ganas de dar. Temblaba como atacada por una descarga de alta tensión, la piel de todo el cuerpo se me crispó, sentía hormiguitas caminando dentro y fuera de mí, y sentí que un chorro de líquido descendía hacia mi vagina para salir gloriosamente. Cuando me percaté, ya no apretaba la cabeza de mi papá contra mí, sino que trataba de apartarla. Después de unos segundos de gloria, dejé de temblar. Mi papi estaba abrazándome y dándome besos en el cuello y la cara. - te amo mi Yuri – me susurró. Yo no tuve fuerzas para contestar nada. Él me envolvió en sus brazos y pecho, y siguió dándome besos en la cabeza. Los sonidos que hacía mi garganta parecían llanto, y me preocupaba que él creyera que lo fuera. Yo en verdad acababa de tener mi primer orgasmo y estaba teniendo un éxtasis sublime. - nos vamos a congelar – rio él. Yo respondí con una risilla, lo que me indicó que ya estaba recobrando el control de mi cuerpo. Mi papi me cargó hasta la habitación, tomó una toalla del armario y me secó. - me gustó muchísimo – le dije. Él apretó mis labios con el pulgar y el índice y me dijo - Esperé esto por mucho tiempo. Y ha sido cien veces mejor de lo que siempre soñé. - hazme ...
    ... el amor, papi. Sin más, me agarró por la cintura y me acomodó. La cama brincaba como una gelatina. Ahí estaba al fin yo, con las piernas abiertas para mi papá. Me encantaba su pene. Si bien el grosor era normal, el largo era estupendo. Lo agarró con la mano y lo untó en mi abertura vaginal. Suspiré de emoción. Mis labios vaginales cubrían el glande de papi… él se acomodó sobre mí y empujó gentilmente. De nuevo gemí, bastante fuerte. Estaba entrando centímetro a centímetro, abriéndose paso entre mi estrechez, conquistándome, llenando mi vacío. Otra vez experimenté la incomprensible mezcla entre dolor y placer, y la rica sensación de tener adentro a quien quieres tener adentro. Enterré mis dedos en su espalda. Pude oírlo gemir también, estaba dichoso. Desde aquel día viendo esa ridícula fotografía había soñado entre remordimiento, miedo y deseo con estar así con él. Con satisfacer su crudo deseo, su mordaz obsesión por mí. Me encantaba tanto tenerlo dentro como verlo disfrutar estar dentro de mí. Papi se separó un poco de mí para hacerme más fuerte. Y me hizo más y más fuerte. Estuvo a punto de provocarme otro orgasmo, pero no alcanzó. Jamás lo culparía por eso, después de tan rico que fue el primero. Lo vi fruncir el ceño y mirar fijamente mi cara mientras gruñía. Inesperadamente cayó sobre mí y entre resuellos dijo - discúlpame, mi vida, perdón, no pude resistirlo – y me apretó con sus manos. Siguió pidiéndome disculpas por habérseme venido por dentro, con la cara ahogada en ...
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