Imprevisto
Fecha: 16/06/2021,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... sentir pena, más bien velo como reciprocidad; me miro dudosa, sonreí; recuerda que varias veces me viste llorar cuando creímos que mi madre no lo lograría, ya era justo ¿no? Solo yo lloriqueando.
Logre hacerla sonreír.
- Es un imbécil no merece ni un mínimo de sentimiento tuyo, y el día no se arruinara por alguien tan insignificante como él.
Me atreví a abrazarla, en un gesto un poco mecánico al principio ella se dejó, y bajando la guardia se hizo más cómodo tenerla en mis brazos, sentí su pulso calmarse y me aleje.
- Chicas vamos a comer.
La señora Liliana nos llevó de vuelta al jardín, donde mi suegro imaginario nos observaba con ternura, ahora podía notarlo y seguía sin saber cómo sentirme al respecto.
El patrón de la casa seguía conversándome, de su llegada a Venezuela, de construcción, religión, política, economía y hasta jugamos domino con Rafael cuñado y Liliana. En mi vida me había sentido tan halagada por el trato de alguien como por el trato del señor Rafael, pero al mismo tiempo me perturbaba a mas no poder, estaba repleta de preguntas, ¿acaso Liliana había notado la actitud de su padre?, observaba sus ojos y no podía llegar a imaginar la respuesta si quiera.
Un tanto entrada la noche me excuse para partir a mis aposentos temporales, el licor y el cansancio comenzaban a hacerme efecto y antes de perder el control preferí recluirme en la habitación.
Unos minutos después de mi ducha oí llamar a la puerta.
Liliana.
Jorge había arruinado ...
... mi estado de ánimo con una rapidez admirable, pero Alejandra me había recuperado con mayor audacia. Me sentía agradada por su contacto y cercanía. Me costaba admitirlo, deseaba alargar el abrazo pero apenas y pude sentirme cómoda con los nervios de estar en sus brazos un momento.
Con la mirada cansada se despidió, yo fui a la cocina a conversar con mi madre y ayudar a recoger los trastes, mi hermana sentada en la mesa nos acompañaba mientras le daba de amamantar al pequeño angelito que recién despertó en busca de alimento.
- Hija nos agrada Alejandra.
Sonreí y continué mi labor escurriendo los platos.
- ¿Cuándo ibas a decirnos?
- ¿Decirles qué?
- Pues que sales con ella Lili – afirmo mi hermana con plena seguridad.
- Yo no salgo con ella.
Mi madre y mi hermana se miraron. Admire el gesto.
- ¿Por qué dicen eso?
- Papá nos dijo – titubeo mi hermana.
- Hija si tu padre ha conversado con ella, sobre ustedes.
Enrojecí.
- ¿Cómo que ha hablado con ella? ¿A qué carajos se refieren? ¡Nosotras no tenemos nada!
- No es lo que hable con ella, hija – comento de repente mi padre, quien entraba al lugar. – la verdad me alegra mucho, es una excelente persona.
Los mire confusa y enojada, solté lo que tenía en las manos y ofuscada me dirigí a la habitación donde estaba Alejandra.
Toqué la puerta con insistencia y enojo. Dormitando abrió. Pase de golpe.
- ¿Sucede algo?
- ¿Cómo te atreves a decirle a mi padre que tú y yo tenemos algo? ¿Eso lo ...