1. Imprevisto


    Fecha: 16/06/2021, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... andas pregonando por ahí? ¿Qué rayos te pasa?
    
    - Yo jamás he dicho eso. Respondió con rostro espantado.
    
    - ¿Por qué mi padre cree que tenemos algo? Tú pasaste casi todo el día con él, ¿Qué le dijiste?
    
    - Yo no dije nada – suspiro y tomo asiento en la cama – solo no negué un comentario que él hizo.
    
    La mire exasperada por una explicación, relajada me miro a los ojos.
    
    - Me dijo y lo cito “me hubiese gustado que Liliana saliera contigo desde antes”; no supe que decir.
    
    Se levantó y yo apenada y un tanto aturdida tome asiento. Me sentía como una estúpida.
    
    - No supe que decir. Es decir tu y yo… - se giró de nuevo a verme – tu y yo… no lo permitirías. Solo no lo negué lo siento. Creí que sería peor negarlo, pues no sé cómo explicar que pasa. Debí decirte lo siento.
    
    Avergonzada baje la mirada.
    
    - La que lo siente soy yo, he actuado como una tonta, ¡y tú descansabas! ¡Rayos lo siento!
    
    Me levante y fui a la puerta, tome la perilla un instante antes de entender que me acaba de decir que yo no lo permitiría.
    
    - Espera; alzo su mirada para verme, se había sentado de nuevo; ¿a que te refieres con que yo no lo permitiría?
    
    - Bueno quise decir que tu no lo deseas, y lo comprendo – se levantó de golpe, por primera vez la sentía agitada – lo que paso, paso y no necesitamos recapitularlo.
    
    Solo la mire en silencio, procesando todo aquello que acababa de decirme.
    
    - Es decir, fue licor ¿cierto? – El que yo no hablará la estaba poniendo más nerviosa, caminaba de ...
    ... lado a lado frente a la cama – es algo que sepultaras en tu mente, y pues no ha pasado nada está bien, tal vez ni debió pasar en primer lugar ¿no?... solo fue un resbalón. – culmino susurrando con la cabeza gacha. - Si es necesario mañana me disculpo con tu padre, lo lamento – y no paraba de hablar, argumentaba sobre esta situación nuestra al tiempo que yo notaba como perdía el control de mis sentidos. Con paso firme me acerque a ella, quede a su frente, mi mirada decidida y mi gesto lograron callarla, me miraba ansiosa.
    
    Arroje mis labios tras los suyos. Me detuvo a la primera, casi recobre la cordura pero no fue así, intente besarla de nuevo y esta vez no lo evito.
    
    No salí de esa habitación esa noche, dormimos escasamente una hora o dos antes de que mi madre la llamara para el desayuno. Par de pasos adelante en mi habitación la oí llamarme, no sé si fingió no saber que en realidad pase la noche con Alejandra, pero como sea aprecie el gesto.
    
    Teniendo vacilaciones sobre lo sucedido tome asiento en la cama, ella en silencio me analizaba, esperaba mi reacción, y yo no sabía si tener una.
    
    Le sonreí mientras buscaba mi ropa. Suspiro y elevando su cuerpo desnudo se levantó y fue a la ducha. Sin decir nada salí sigilosa.
    
    Me duche y cambie. ¿A qué rayos estaba jugando? Muy pocas veces en esta vida me he permitido no saber que sentir ni que hacer, pero esta indecisión, esta incertidumbre me estaba carcomiendo.
    
    Tomo asiento frente a mí, distraída apenas y probo bocado. ...