1. Una cita reveladora


    Fecha: 26/06/2021, Categorías: Hetero Autor: Evan, Fuente: CuentoRelatos

    ... cachondo.
    
    Mientras la besaba por el cuello, me giré para poder acariciarla mejor de lado. Con mi mano, empecé a recorrer todo su cuerpo, salí desde su espalda, continué por el cuello, los pechos, barriga, hasta llegar a su vulva, donde pude comprobar que estaba muy húmeda. Suavemente, acaricié su clítoris. En ese momento, a ella se le escapó un pequeño gemido de placer. Tras un instante, ella bajó su mano hasta mi pene y comenzó a acariciarlo muy suavemente también. Ahí es donde pude observar que sus pupilas estaban completamente dilatadas, ¡no podía estar más excitada!
    
    Aprovechando su excitación, decidí bajar hasta su vulva y comenzar a lamerle el clítoris. Mi lengua subía y bajaba por él muy lentamente, ella respondía con gemidos de placer y eso me motivaba para seguir lamiendo con suavidad. A la par que mi lengua estaba en su sexo, mi mano pasó al mío y me empecé a acariciar. Cuando ella recuperó un poco la conciencia, propuso que hiciéramos un sesenta y nueve, de tal modo que ninguno se quedara a medias. Rápidamente nos colocamos en posición y ella me lamía como si fuera un helado, muy lento de arriba abajo. Por mi parte, no sólo la lamía, sino que también succionaba los labios y el clítoris. Ella se mostraba muy encantada con esa forma de comérselo. Su pelvis se iba agitando poco a poco de forma inconsciente. Lo que me permitió introducirle mis deditos en su vagina, intercalaba el lamerle y succionarle con meterle mis dedos.
    
    Ella, por el contrario, también iba ...
    ... introduciendo mi pene en su boca, mientras lo deslizaba de arriba abajo cada vez más rápido. Por lo que, me iba excitando cada vez más, de hecho, no paraba de gemir del placer.
    
    ¡Era tan placentero!.....
    
    De repente, ella para en seco y me dice susurrando:
    
    -¡Entra en mí!
    
    Sin pensármelo dos veces, cogí un condón y me lo puse. La tumbé de espaldas para poder penetrarla, en lo que lo hacía, pude sentir cómo su cuerpo se arqueaba un poco, me incliné a besarle los pechos de manera que el pene se deslizara por el interior su vagina más fácilmente. Empecé entonces, a moverme sobre ella.
    
    Estuvimos así durante un buen rato, pero ella decidió que me tumbara para poder cabalgar sobre mí.
    
    Tumbado en esta posición podía ver cómo botaban sus pechos, de hecho, me dedique a sobarlos mientras lo hacían. Ella se movía como una culebra sobre mi pene, estaba tan extasiado que me volvía loco cuando ella hacía pequeños círculos con su cintura. Ambos gimiendo como locos de placer, en ese momento me di cuenta de que me iba a correr y así se lo hice saber. Ella no tardó en decirme que prefería que lo hiciera dentro, ya que así también se correría ella. Así lo hice, a los pocos segundos ella también se corrió.
    
    Agotados en la cama, ella se tumba a mi lado. Me saco el condón y lo dejo a un lado para tirarlo por la mañana. Nos miramos a los ojos y le dije:
    
    - Me hubiera gustado correrme en tus pechos.
    
    - No te preocupes, que lo harás. Además, me gustaría que me penetraras a cuatro ...
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