Regalo de Navidad para mi abuelo
Fecha: 29/06/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Cris, Fuente: CuentoRelatos
... vez que movía mi lengua por todo su capullo, centrándome en especial en el frenillo, suaves mordiscos y lametazos acompañaban el movimiento ascendente y descendente de mi mano.
―Hija tu abuela nunca me había hecho esto.
―Claro abuelito esto solamente lo hacemos las chicas que son tan golfas como yo.
―Me encanta es una sensación de calor muy placentera.
Ahora fueron sus huevos los que entraron en mi boca mientras le agarraba el culo y le atraía hacía mi con la mano izquierda y con la derecha le pajeaba suavemente.
―Disfruta es tu regalo de Navidad, quiero que te corras, quiero tragarme tu leche.
Estas palabras surtieron efecto y mientras volvía los ojos y se agarraba a una silla, descargo todo su semen, semen que intenté tragar si bien todo no entró en mi boca recorriendo la garganta, blancos y espesos chorretones adornaban la comisura de mis labios y el pelo. Le mire con cara de niña buena y con voz inocente dije:
―Abuelito ¿qué ha pasado?, me ha escupido, ¿es que me he portado mal?, en el cole nos decían que escupir era una cosa muy fea.
La risa de mi abuelo trono en la habitación.
―Eres una golfilla, sabes cómo volver loco a un hombre.
―Uy yo no quiero que te vuelvas loco, solo quiero hacerte reír.
Dije mientras me levantaba del suelo, y besaba su arrugado cuello, le acariciaba el poco y blanco pelo. Sus ojos delataban gran excitación, y en la habitación olía a sexo, y la estampa no dejaba de ser curiosa una niña preciosa de veintidós ...
... añitos en tanga besando y tocando a un viejo de ochenta años y encima su abuelo.
―Vámonos a la cama lelo.
―Hija no tienes por qué hacer esto.
―Es lo que más deseo en estos momentos.
Entramos en la habitación y antes de meternos en la cama le desnudé, disfruto mucho desnudando a mi amante, es como una señal de sumisión de entrega hacía la otra persona.
Nos tumbamos uno al lado del otro, noté sus nervios no sabía muy bien cómo actuar, y decidí una vez más tomar la iniciativa, así que puse mi depilado coñito a la altura de su cara y jugué a subir y bajar para que lo rozara con su boca, lo miraba extrañada seguro que no había visto antes ninguno así, sin pelitos.
―¿Te gusta? Cómetelo
Abrió su boca y se metió cuanto pudo sus dientes aprisionaban mis labios vaginales, pero el dolor era menor que el placer, desde luego que no se había comido muchos coños antes y cualquier chico del instituto lo haría mejor que él, pero la excitación de verle en esa situación y las ganas que tenía por el premio que le había tocado eran superiores y me estaba haciendo una épica comida de coño. Mis jadeos empezaron a multiplicarse a la par que mis movimientos me había convertido en una amazona cabalgando la boca de mi abuelo, el orgasmo no iba a tardar en llegar, y dejando caer mi cuerpo hacía atrás apoye mis manos en las piernas de él, y cerrando los ojos chille como una perra.
La polla de mi abuelo tenía de nuevo un tamaño considerable, y su punta brillaba, estaba mojando y dude en ...