1. Posesión: Un peligroso regalo


    Fecha: 09/11/2017, Categorías: Control mental, Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... volviendo a bajar sus preciosas nalgas, cuya piel se estremecía con la caricia del viento.
    
    El camisón....
    
    Tenía que quitarse el camisón, pero no, muy lentamente, así no, debía girarse hacia.... hacia la cámara, quería que la observara mientras se desnudaba, quería hacerlo para la cámara y no entendía por qué, sólo que deseaba hacerlo. Se dio la vuelta, de rodillas, mirando hacia el ojo rojo que no se perdía ni el más mínimo movimiento de su cuerpo y parecía querer abarcarla por completo con su pequeño objetivo. Tomó los bordes del camisón y lo levantó lentamente, descubriendo primero sus piernas, torneadas y suaves, su entrepierna, blanca bajo la tela de las braguitas, su ombligo, el abdomen firme, y finalmente los senos, no muy grandes, pero redondeados y duros, algo más blancos que el resto de la piel, salvo por los pequeños pezones que destacaban en un tono marrón oscuro, de forma muy erótica. Por fin dejó caer la tela al suelo, se llevó las manos a los senos y comenzó a acariciarlos, los apretaba y los movía en círculos sin poder apartar la vista de la cámara.
    
    Pellízcalos
    
    La orden muda pero intensa, hizo mella nuevamente en ella, con los dedos índice y pulgar apretó los pezones hasta soltar un gemido, tiró de ellos y sintió como se endurecían, no podía dejar de gemir y lanzar pequeños grititos agudos y suaves, y al escucharse a sí misma y hacerse una imagen mental de lo que debía estar viendo el rojo ojo de la cámara, se sentía aún más excitada y el dolor ...
    ... volvía a aumentar, haciendo que temblara de deseo. Quería seguir así, exponerse ante la cámara, mostrarle cada rincón de su ser, cada centímetro de su anatomía, y ya ni siquiera se preguntaba el porqué, sólo sabía que quería hacerlo, quería obedecer sus órdenes, como si de un director de cine se tratara, tenía que obedecer.
    
    Desnúdate.
    
    La orden era escueta, pero su mente vislumbraba cada detalle de lo que su amo le ordenaba. Descendió de la cama con sensuales movimientos, las piernas le temblaban debido a la excitación y el dolor que sentía en lo más hondo de su ser. Le dio la espalda a la cámara y se inclinó muy despacio, hasta que sus manos tocaron el suelo, luego las alzó acariciando sus piernas hasta tocar el borde de la ropa y empezó a deslizar las braguitas hacia abajo. Primero aparecieron sus nalgas, totalmente visibles y redondas, y luego un pequeño punto oscuro que era su ano, la tela había quedado incrustada entre los labios mayores y tuvo que tirar un poco más fuerte para terminar de desnudarse, tras retirar la tela a un lado se quedó en aquella postura, mostrando todos sus encantos a su amo y señor, un sibilante ruido la puso en tensión, pero no osó moverse, el objetivo se había movido y ahora centraba aún más de cerca lo que deseaba ver, la oscuridad no era problema para él, el ano estaba prieto, nunca se había usado, oscurecido y rodeado de la piel rosada, casi blanca, los labios inflamados, rojizos y rezumando líquido blanquecino que amenazaba con derramar ...
«1234...»