1. Posesión: Un peligroso regalo


    Fecha: 09/11/2017, Categorías: Control mental, Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... suelo del dormitorio, una mancha oscura en el colchón y en la moqueta delataba lo ocurrido la noche anterior. Se levantó de un salto y recorrió la habitación con la mirada, nadie había en ella, estaba sola, se echó una bata sobre los hombros y comprobó el resto de la casa, las puertas y ventanas. Vivía en un sexto piso, por lo que nadie habría podido acceder a él por allí. Regresó al cuarto, comprendiendo que, de algún modo, todo era culpa de aquel regalo, el piloto de la cámara estaba apagado, de un manotazo la lanzó al otro lado del cuarto, la máquina chascó al caer al suelo y dejó escapar algo de un pequeño compartimiento que tenía a un lado. Parecía una cinta de cassette de pequeño tamaño, una antigua cinta de videocámara para ser más exactos, pero su aspecto era extraño, tanto la carcasa como la cinta magnética en la que se grababan las imágenes, eran totalmente transparentes.
    
    Se acercó, como temiendo que en cualquier momento la cámara fuera a saltar sobre ella, cogió la cinta y la examinó a la luz, era muy rara, ni siquiera estaba allí el día anterior, lo había comprobado. De algún modo había aparecido durante la noche. Parecía haberse mojado con algo, pero no había líquido en el suelo donde había caído, sólo dentro de la cámara. Se lo acercó a la cara y lo olió, olía a .... sexo? . Estuvo apunto de tirarla por la ventana semiabierta, pero no podía hacerlo, tenía que saber. Se levantó y rebuscó dentro del armario, finalmente encontró un viejo reproductor, lo conectó ...
    ... al televisor e introdujo la cinta pulsando el play. Todo estaba oscuro, no se veía absolutamente nada. Pasados unos minutos le pareció oír algo, así que subió el volumen del televisor. Se oyó a sí misma gemir y un sonido de fondo, muy débil para ser inteligible, era grave y parecía querer decir algo. Subió un poco más el volumen y pudo oír lo que decía, pero no en los altavoces, sino en su mente.
    
    Despacio ...
    
    Con un intenso temor arrancó de un golpe el reproductor silenciando así la grabación, el corazón volvía a latirle deprisa, había reconocido la voz, como la de la noche anterior, pero no era humana, la había escuchado en su mente y, además, había echo que se excitara de nuevo. Extrajo la cinta del reproductor que volvía a estar húmeda de sus fluidos.
    
    Se sentía incapaz de hacerse más preguntas sobre toda aquella locura, lo único que sabía era que necesitaba deshacerse de la cámara lo antes posible. Volvió al cuarto, metió la cámara en la caja, junto al cargador de la batería. Destrozó la cinta con un martillo y echó los pedazos en la caja. Se vistió y se subió al coche, condujo a lo largo de la autopista varios kilómetros y, cuando se sintió lo bastante segura, arrojó la caja a un contenedor de la carretera y regresó a casa.
    
    Al volver su novio la estaba esperando, nunca le habló a él ni a nadie de la cámara maldita, y con el tiempo logró trasladar aquella fatídica noche a los rincones más ocultos de su mente, como si tan sólo hubiera sido una extraña pesadilla. ...
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