1. Doly se llenó de carne viva. Una relación madura, un aprendizaje de vida


    Fecha: 09/11/2017, Categorías: Otras Categorías, Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... honradez de mostrarse sin eufemismos, que la acepto como es, por ella misma, por sus valores como hembra.
    
    —Quiero… necesito sentirte mi puta, que en este momento seas mi putita, por favor
    
    —Sí mi hombre, seré tu puta, tu putita, ahora y siempre que lo desees, y… aunque no me lo pidas. Estoy sintiendo la vida dentro de mí, porque tu sexo dentro mío es mucho más que eso, siento que me has dado vuelta como a un guante, me siento el ave fénix, me rescataste de mis propias cenizas. Le has puesto vida a mi vida, me hiciste nacer, florecer en tu deseo. Sí me siento tu putita...
    
    El orgasmo fue como una bendición, estremecida, vibra, se agita y arquea como una poseída, casi desvanece, desparramada, desarticulada, la sonrisa expresaba el goce que sus palabras atoradas en la garganta se niegan a salir.
    
    La esperé, con la paciencia de un santo, era un lujo para mis sentidos, apreciar tamaña expresión del goce de una mujer, sentía el placer de ser el creador de esa delicia que transita por dentro de Doly, darle tiempo a su tiempo de vida interior es algo que la mujer sabe valorar y he aprendido a disfrutar esos momentos mágicos de vida interior.
    
    Algo repuesta, la vida y el sexo están listos para continuar, comprende que está en deuda con su hombre, que también necesita demostrarle lo tan buena que puede ser como mujer, como hembra caliente, y ahora como “su putita”.
    
    Se limpió el exceso de flujo para sentirnos mejor, más friccionados, con las piernas levantadas, la enterré ...
    ... a fondo, de un golpe. Recaliente, apenas pude esperarla que llegara nuevamente, descargué un fuerte y candente chorro de semen, la colmé de mi leche. Entregado en alma y vida.
    
    Regresé al mundo de los mortales, abrí los ojos cuando sentí la verga en la boca de Doly, venía con hambre atrasada y necesitaba ponerse al día, calmar la hambruna de una abstinencia forzada, alimentarse de carne joven es la mejor terapia.
    
    Siempre he sido de tiro largo, podía alargar y demorar los polvos, bastante, más que el común de los tipos, según mis amantes, también con ella para bien de los dos.
    
    Pidió adentro, complacía todos sus deseos, el más y mejor era la constante en la fogosa faena sexual, alternamos posturas, desde el 69 hasta entrarla en la argolla, desde atrás, puesta como perrita. Juego en el ano con el dedo, frunce el esfínter por temor, los años sin uso y el tamaño la intimidan, no cree poder aguantarlo todo, prometo suavidad, sacarla cuando quiera, sin chistar. Mentía, ¡Moría de ganas por hacérselo!, son esos momentos que podemos prometer la luna y el sol si nos la piden. Se dice que en el amor y en la guerra todo vale, ahora es el momento de probarlo.
    
    Un poco de manteca y paciencia sirvieron para apoyar la máquina en toda su potencia. Sintió la cabeza entrando, se le frunció, aguantó, no pude meterle más de la mitad, la mano entre ambos marca la frontera inexpugnable. Con esas limitaciones seguí dándole verga, acabarle dentro, aunque no fuera tan adentro fue igualmente ...