Gabriela, Silvy, la del jodido culo y yo
Fecha: 13/07/2021,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Werther el Viej, Fuente: CuentoRelatos
(ver mi relato “El muy jodido culo de Silvy”)
Bueno, vale, te lo explico.
Fue después de una de esas tremendas mamadas de Gabriela. Ya sabes: me la chupa; me la lame hasta los huevos; me mordisquea suavemente el capullo; me repasa el frenillo con la punta de la lengua; se la mete toda entera en la boca; y casi enseguida la libera, haciéndola resbalar lentamente entre sus labios.
Como experta masturbadora que es, consigue muy pronto que mi verga se ponga durísima, a punto de explotar. Me hace sentir por todo el cuerpo la impaciencia del orgasmo inminente. Ella lo intuye y sigue, sigue, sigue, como si nunca fuese a parar. Va repitiendo la maniobra una y otra vez. Y mientras tanto, me va follando el culo con un dedo, tratando de sobarme la próstata. O, alguna vez, si ve que estoy muy excitado, cambia sus dedos por el dildo más delgado de los que ella usa.
Al final pierdo todo el dominio de mi cuerpo y mi polla, a golpes de placer, expulsa toda la leche de los cojones.
Entonces, Gabriela, a veces, se llena la boca con la que puede retener y, después. Me besa profundamente para hacerme tragar mi propio semen,
De regreso de uno de esos orgasmos desenfrenados, mientras desnudos en el sofá nos tomábamos un par de whiskys reconfortantes, le conté mi aventura con Silvy. Ella, como en otras ocasiones parecidas, me escuchó con esa sonrisa ambigua de siempre. Aunque, esta vez, advertí una cierta envidia por no haber participado en tal desmadre. Así me lo ...
... confesó
Después de dos tragos, especificó su confesión. Me dice, en concreto, que verme follar “ese culo tan estupendo”, seguramente la hubiese puesto cachonda a tope. Luego, se calla durante unos instantes, con gesto pensativo. Finalmente, me mira. Hay chispas de deseo en el brillo de sus ojos.
‒Lo que hubiera sido una pasada es que esa Silvy te follase el tuyo ‒me suelta de pronto‒.¿Seguro que no te dio por el culo? ‒desliza con sorna, cargada de una cierta mala baba‒. ¿Lo intentó?
Ha acogido mi negación con bastante escepticismo.
‒Vale ‒acepta con cierta desconfianza‒. ¿Y si te lo hubiese pedido?
‒No me lo pidió ‒la corto autoritariamente.
‒Vale. Pero, de verdad, ¿no te hubiese gustado? ‒insiste.
‒¿A qué viene eso ahora?
‒Ya sabes... Fantasías... Te lo he dicho un montón de veces cuando pasamos vídeos. Ver dos tíos que se lo montan me pone a más de cien...
‒Pues qué bien...
‒Y no veas, imaginar que alguien te meta una polla en el culo, que te lo folla y te lo llena de leche, me da un morbo de muerte... ¡Dios mío, qué morbo! ¡Toca, toca! ‒me ha agarrado la mano y la guía hasta su cocho, para que palpe los rizos de su vello mojado‒. ¡Solo en pensarlo me empapo de gusto!
Verdaderamente, se ha ido poniendo cachonda. Creo que, como otras veces, ha llegado el momento de disfrutar de ese coño chorreante..
‒¿Te digo lo que pienso, tío? Estoy segura de que te morías de ganas de que Silvy te follase el culo‒. La muy hábil me desarma por un instante, mientras ...