1. Gabriela, Silvy, la del jodido culo y yo


    Fecha: 13/07/2021, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Werther el Viej, Fuente: CuentoRelatos

    ... por las nalgas.
    
    Ahora, Gabriela enjabona el culo de Silvy. Enseguida, desliza la esponja sobre su verga, que, por cierto, ha vuelto a ponérsele bastante tiesa. Le da un profundo beso a Silvy en la boca. Luego se apodera de su polla erecta para calzarle un condón, que se saca de no sé dónde, y, a toda prisa, la hunde hasta los cojones en su coño.
    
    De pronto, bajo la ducha, se organiza un espectáculo tan morboso y fascinante que es para morirse de gusto. Silvy empuja a Gabriela hasta recostarla contra la pared y comienza a follarla con entusiasmo. Está dotada de hermosas tetas y de un impresionante culo femenino, pero también de un duro pene varonil que utiliza para bombear sin tregua el chocho de Gabriela. Ésta, por su parte, provista de no menos hermosas tetas e impresionante culo, va recibiendo dentro de su insaciable coño las embestidas rítmicas de la verga de Silvy.
    
    Y jadean, y gimen, y una a otra se soban las tetas, se lamen los pezones si pueden, se besan y se estimulan, magreándose mutuamente las nalgas. ¡Dios cómo me excitan sus caricias de lesbianas lujuriosas! Por más que la forma de follar de Silvy resulta bastante masculina.
    
    Ni te imaginas lo caliente que me pone verlas joder. Sigo sentado en el bidet, con el culo en remojo, y agarrado a mi polla que comienza a empinarse. Estoy muy caliente y muy cabreado. ¡Joder tú, las muy putas me han dejado fuera!. Pero, sobre todo, me están poniendo ...
    ... supercaliente.
    
    ¡Tengo que hacerme una paja! Con la polla firmemente empuñada me la meneo arriba y abajo... Me la machaco vigorosamente confiando en que crezca y se ponga rígida... ¡Dios!, me la pelo salvajemente, como un mono loco...
    
    Ellas siguen jodiéndose espectacularmente. Me excitan terriblemente. Y aunque no tengo la polla totalmente tiesa, me invade un gozo imparable... Voy a correrme... Sííí, voy a correrme... ¡Dioooos..., me corro, me corro, me corro...! Y me corro, con mis cojones exhaustos, soltando apenas dos o tres grumos de semen blancuzco que salpican el suelo.
    
    Siento en todo mi cuerpo el placer de un orgasmo sin tregua, que me deja sin voluntad. Ni siquiera soy capaz de levantarme del bidet, sino que se me ha hundido el culo hasta el fondo.
    
    Ellas siguen follando y yo, ahora, me siento ridículo e incómodo. Esforzándome, me he levantado del bidet, me seco con una toalla que encuentro, y salgo del cuarto de baño.
    
    Me he ido hasta la sala de estar para sentarme en el sofá y reconfortarme con un whisky. No puedo ponerme cómodo, porque tengo el culo machucado y adolorido. Por fortuna, toda mi ropa está aquí.
    
    Ellas siguen con su alboroto, seguramente follándose sin pausa.
    
    Me visto y me voy para casa.
    
    Lo primero que hice al llegar a mi apartamento es atrapar una buena almohada para sentarme frente a mi ordenador. Y así, con las molestias de mi jodido culo algo amortiguadas, comencé a escribir este relato.
    
    Werther el Viejo 
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