1. La Posada


    Fecha: 10/11/2017, Categorías: Hetero Autor: maeve, Fuente: RelatosEróticos

    ... nadie más conocerá tu verdadero nombre ni sabrán con quien follan-
    
    -No entiendo-
    
    -Es muy sencillo. Ni ella se llama Esther, ni yo me llamo Sabrina, son los nombres que usamos aquí para mantener nuestra identidad intacta. Además, a la hora de follar todos tenemos que llevar nuestros antifaces-
    
    -Sí, son una monada. Tenemos un compañero que es modista o algo así y que se encarga de confeccionarlos, cada uno es diferente al otro y gracias a ellos es en lo único que nos distinguimos en ese momento- dijo Esther.
    
    Solo tres palabras se repetían una y otra vez en su cabeza mientras sus amigas le contaban todo aquello -¿Por qué yo?-
    
    - Porque te gusta el sexo, lo hemos sentido cuando hemos estado juntas. Sabemos que ahora estás todavía un poco reprimida, que eres muy tímida, pero si te quedas con nosotras experimentaras cosas increíbles que ahora ni siquiera eres capaz de imaginar- dijo Sabrina.
    
    -Sí, y además todo el mundo es muy amable, te tratan muy bien y estás cien por cien segura de que nadie te contagiará ninguna enfermedad de transmisión sexual, ya que nos hacemos chequeos médicos cada seis meses, y como todo el mundo encuentra aquí todo el sexo que quiere a nadie se le ocurre ir a buscarlo a otro lugar, por lo que seguimos seguros de contagios. Además tampoco corres el peligro de que ningún loco intente violarte o hacerte daño o algo que tu no desees, aquí hay mucha seguridad. En cuanto alguien dice “no” se para al instante, y si no lo hace hay que denunciarle ...
    ... y se le expulsa. Aquí no consentimos comportamientos violentos a menos que no sean consentidos, claro, y aún en ese tipo de prácticas sexuales hay límites-
    
    -Lo estáis poniendo como si esto fuera el paraíso-
    
    -Es que lo es. En serio, no se puede describir con palabras hasta que no lo experimentas. ¿Por qué no nos acompañas y lo compruebas por ti misma?- le dijo Sabrina.
    
    Ella las siguió hasta una pequeña habitación. Era como una sala de cine con unas diez butacas y una televisión de plasma de unas sesenta pulgadas. Sabrina se situó a la derecha donde había una mesa con un ordenador y comenzó a toquetear, pronto la televisión se encendió y se vio una escena que parecía sacada de una película porno. Dos hombres completamente desnudos y erectos estaban follándose a una rubia que llevaba una máscara de color violeta. El que llevaba la máscara roja y negra la estaba dando por culo mientras que al otro, ella le estaba devorando la polla como loca. Los gemidos de los tres inundaron la sala y treinta segundos después, la imagen cambió a otra, esa vez eran dos mujeres, una de ella le comía el coño a la otra que gemía en voz alta. La imagen volvió a cambiar a dos mujeres con un hombre y así varias veces más.
    
    Berta no salía de su asombro -¿Podéis ver todo lo que pasa?-
    
    -Claro, es una medida de seguridad. Se graba todo para comprobar que nadie es obligado a hacer algo que no quiere-
    
    - Y después lo borráis ¿no?-
    
    -No. Se guarda y los videos más interesantes se cuelgan en ...