1. La Posada


    Fecha: 10/11/2017, Categorías: Hetero Autor: maeve, Fuente: RelatosEróticos

    ... Madrid/Barcelona; maratón de películas de terror y campeonato de trivial.
    
    Marco le pidió ser su compañera para el campeonato de trivial, el premio para el ganador consistía en una de esas botellas de champagne de chocolate para cada uno, un kit de fiesta de fin de año (Antifaz, gorro, matasuegras y confeti) y un par de chapas. A Berta le hizo mucha gracia la idea y aceptó la invitación, además tal vez esa noche pudiera tener la oportunidad de acostarse con él, cosa que realmente la apetecía. Mucho.
    
    Él le había dado una dirección, por lo visto, entre todos los integrantes de la peña habían restaurado una antigua casa de cuatro plantas que había heredado el fundador y que usaban para las reuniones.
    
    Quería causar buena impresión a los amigos de Marco por lo que se esmeró en arreglarse, se maquilló en colores suaves, realzando sus grandes ojos marrones y se vistió con algo informal, vaqueros, una blusa blanca entallada y con un generoso escote y unos zapatos negros con un poco de tacón y se dirigió hacia el lugar que él le había indicado.
    
    El edificio por fuera parecía sencillo, pintado de color arena y con ventanas blancas. La puerta era una de esas de madera maciza, grandes, antiguas y de doble hoja bien conservadas. A la derecha Berta observó que había una pequeña botonera metálica con ocho botones y llamó al que Marco le había dicho, el que ponía “Recepción”
    
    Mientras esperaba a que alguien le abriera se sintió inquieta, era una sensación extraña, como si ...
    ... estuviese siendo observada.
    
    Esa noche se divirtió muchísimo. Los campeones no fueron ni ella ni Marco, sino una pareja de chicas muy simpáticas, amigas de Marco que después les ofrecieron un trozo de botella de champagne a cada uno, y con las que congenió enseguida.
    
    Sabrina y Esther, que era el nombre de las dos chicas, intercambiaron el email con ella. Se mensajeaban a diario y antes de darse cuenta, Berta estaba quedando con ambas al salir del trabajo para cenar. Lo único malo de todo eso era que todavía no había follado con Marco y que sus mensajes eran cada vez más lejanos en el tiempo, pero estaba segura que se encontrarían en La Posada tarde o temprano.
    
    Sabrina le había contado que lo llamaban así porque tenían habitaciones con camas por si alguien quería quedarse a dormir y que además también se servían comidas. Había mucha gente que pasaba allí los fines de semana, incluso semanas enteras. Ellas a veces lo hacían.
    
    Su relación con Esther y Sabrina era increíble, incluso mucho mejor que con sus amigas. Era muy fácil hablar con ellas sobre cualquier tema, incluso de sexo, y tenían una vitalidad y una alegría que resultaban contagiosas. Las tres tenían un sentido del humor muy parecido por lo que se divertían muchísimo juntas, tanto que incluso uno de los fines de semana se quedó con ellas en La Posada.
    
    Desde luego, nunca se hubiera podido imaginar que aquel lugar fuese tan grande ni que estuviera tan a la última en tecnología. Tenía de todo, complejos sistemas de ...
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