1. La reeducación de Areana (3)


    Fecha: 19/07/2021, Categorías: Masturbación Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... querida.
    
    -Pero… decime, Elena, ya… ¿ya empezaron con el tratamiento disciplinario?... –preguntó Eva y esperó la respuesta conteniendo la respiración.
    
    -Sí, ya le están haciendo lo que vos y Ricardo debieron hacer hace años y no hicieron.
    
    Hubo un silencio y finalmente Eva dijo con voz casi inaudible:
    
    -Decime… le… ¿le están pegando?...
    
    -Sí, Eva, le están dado esas palizas que debieron darle ustedes.
    
    -¡Ay, pobrecita!... –se lamentó Eva con la voz quebrada.
    
    -Calmate, querida, le vendrá bien esa disciplina. Ya vas a ver la tranquilidad que vas a sentir cuando te la devuelvan bien mansita, sin rastros de esa mocosa que te puso al borde de un colapso nervioso.
    
    -Sí, ya sé, pero igual no puedo evitar sentirme mal, no sé, como culpable…
    
    -¡Ay, basta, Eva! ¡Hay veces que me cansás! ¡Si esto te pone tan mal vamos a lo de Amalia, nos traemos a tu hija y que te siga volviendo loca! –tanteó Elena.
    
    Del otro lado se hizo un silencio y por fin Eva dijo:
    
    -No, no, está bien… Perdoname, Elena, perdoname y comprendeme, ¡es mi hija!...
    
    -Te comprendo, Eva, pero tenés que calmarte. A veces hablás como si hubiéramos dejado a Areanita en manos de una demente cuando Amalia no es más que una educadora, una experta en la reeducación de chicas malcriadas…
    
    -Está bien, tenés razón, perdoname… por favor, perdoname…
    
    -Bueno, olvidate, te mando un beso…
    
    -Gracias por ayudarme, Elena…
    
    ……………
    
    Poco después, cuando las primeras sombras de la noche envolvían a la ciudad, ...
    ... Amalia se disponía a iniciar formalmente el disciplinamiento de Areana, su nueva y muy apetecible pupila.
    
    Llamó a Milena y a Marisa al Living y cuando las asistentes se presentaron les dijo:
    
    -Sáquenle las esposa y los grilletes y tráiganmela.
    
    -Enseguida, señora. –dijo Milena y una vez en el cuarto de la cucha tomó de ambos tobillos a la jovencita para sacarla del armazón de madera, la liberó de los grilletes y las esposas y le ordenó:
    
    -Parate, nena.
    
    -Areana obedeció, aliviada de poder incorporarse y terminar con el incómodo encierro en la cucha y para peor con esas cosas que la habían mantenido inmovilizada. Marisa abrió la puerta, miró a Areana de arriba abajo, se pasó la lengua por los labios y le dijo:
    
    -Seguinos.
    
    A la jovencita no le había pasado desapercibida la forma con que la había mirado la mujedrona y sintió algo extraño que nunca antes había sentido. Movió la cabeza de un lado al otro como si quisiera expulsar algo de su mente y al llegar junto a Milena, que aguardaba del otro de la puerta, le preguntó:
    
    -¿Adónde me llevan?
    
    Milena entonces le cruzó la cara de una bofetada y mientras Areana se llevaba una mano a la mejilla golpeada y contraía el rostro en una expresión de dolor, le dijo:
    
    -Te cuesta aprender, ¿eh, nena tonta?. Cuando se te da una orden obedecés y punto, sin ladrar. Ahora, por haberte indisciplinado nos vas a seguir en cuatro patas. ¡Vamos!... O querés que te siga dando…
    
    La jovencita adoptó la posición ordenada mientras ...
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