1. Don Carlos un hombre genial


    Fecha: 21/07/2021, Categorías: Confesiones Autor: Una_Tal_Melissa, Fuente: CuentoRelatos

    ... compás del latir de mi corazón.
    
    Nos salimos del baño, me indicó que me metiera a una de las recámaras, solo tenía una cama bien ordenada, un taburete y un espejo grande, parecía ser de visitas.
    
    Regresó y traía en la mano un dildo, los había visto en los videos, pero nunca había visto uno. Lo empezó a llenar de lubricante, creo yo, y me pidió que me pusiera en cuatro, no sabía lo que iba a pasar, pero no dije nada, pues estaba convencida que lo que me esperaba me iba a enloquecer y matar de pasión, cedí y me coloqué.
    
    Volteé a verme al espejo que estaba al lado de la cama, se veía como mi cuerpo formaba una figura hermosa que hizo que me mojara más, no me colgaba nada de panza y mi culo se veía precioso, noté la cara de maravilla de Don Carlos.
    
    Puso su boca en mi ano y me lo empezó a lamer como él sabe. Se incorporó y noté como dirigía el dildo hacia mi ano, solo apreté las cobijas, aflojé las piernas para no contraer mi ano y empezó a entrar, era igual de grueso y grande que la verga de Don Carlos, sentía como me iba abriendo más y más, hasta que hubo un punto en donde se detuvo, me asomé a través del espejo, pero noté que todavía faltaba la mitad, en eso vi como la verga de Don Carlos se posaba enfrente de mi panocha y sentí como empezó a entrar.
    
    Mis dos agujeros ocupados, jamás había hecho esto, empezó a menearse y con su mano le empezó a dar ritmo al dildo dentro de mi ano, era un dolor insoportable, no podía con los dos, pero después de un tiempo me dilaté ...
    ... lo más que pude y lo empecé a disfrutar.
    
    Comenzaba a gemir y a gritar.
    
    -¡Ohhh!! Si perra, si los aguantaste, ¿así quieres que te siga dando puta? -me preguntó mientras él seguía bombeándome por los dos lados.
    
    Como pude respondí ya que la voz se me iba en cada ensartada.
    
    -Si.... Si…. Si.... Papi.... Más... Mas.
    
    No dejó de darme, mi placer era indescriptible, sentí como mi panocha se llenaba de jugos y mi ano se abría y lo sentía muy caliente y húmedo. Luego de un rato sentí sus dedos en mi vagina, lo miré de reojo y era con la otra mano que empezaba a masturbar mi clítoris, no creía aguantar, estaba llena de placer, quería más y a la vez, quería que me dejara descansar, sentía que mis piernas se debilitaban, mis manos no me podían mantener en la posición.
    
    Empezaba a llegar la sensación del orgasmo, yo gritaba con tanta locura, apreté todo mi cuerpo, no pude más y me choreé toda, me hice pipi, mi cuerpo se soltó, no podía cargarlo, temblaba, se me nubló la vista y me faltaba la respiración, no dejaba de hacer pipí.
    
    Sentí como se salieron los dos palos de mis agujeros, me recosté de lado y empecé a tranquilizarme, empecé a llorar y a gemir.
    
    -¿Estas bien linda? -me preguntó don Carlos agitado y preocupado.
    
    -Sí, todo bien no te preocupes -respondí como pude.
    
    Lloraba y gemía de un placer único, de una forma de cogerme y hacerme suya como nunca, yo, una niña de 18 años en esa cama, con un viejo de 49 años, con la mejor verga que he visto en mi vida, las ...