¡El semental de confianza!
Fecha: 02/08/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos
... madre.
“Te voy a dejar un momento”, le dijo Ana al muchacho. “Iré por los niños”.
“¿A casa de su mamá o de la gringa su amiga?”, preguntó el Choro.
“A casa de Mally, ¿vienes conmigo?”
“Si no necesita ayuda con los niños, mejor la espero aquí”, dijo el. “Ni modo que vayamos a hacer cosas en el carro”, agregó sonriendo.
Ana le dio un beso en la mejilla y salió por sus hijos. Cuando se cercioró que ya había salido, el muchacho se dirigió a su recámara, al canasto de la ropa sucia. Tomó un par de panties de la señora y comenzó a olerlos, como le había mostrado su padre, deleitándose con el íntimo olor de su patrona. Se llevó las prendas a donde pudiera ver cuando regresara. Se sentó y se puso a acariciar su pene con ellas, cuidando de no humedecerlas con su líquido seminal.
Cerca de las 10 de la noche, Ana y Ramón Jr. se sentaron a la mesa de nuevo. El muchacho cenó por segunda vez como náufrago.
“Fíjese Ana”, comenzó el, “que me contrataron para hacer unos jales en la maquiladora cerca de la casa. Pagan más o menos. ¿Cómo la ve? Es por lo que duran las vacaciones de verano”, le confió. Comenzaría mañana. Ni chanza tuve de decirle a mi apá y a mi amá”.
“¡Qué bueno precioso!”, contestó Ana.
“Es buen jale”, continuó el Choro. Pedí doblar tiempo y me van a pagar más, así puedo ayudar en mi casa, quesque hasta los fines de semana puedo trabajar”, abundó el muchacho.
“Pero pues lo malo es que no voy a poder seguir viniendo”, continuó en tono algo ...
... entristecido.
Ana lo tomó de las mejillas y besó suavemente su boca. “No te preocupes. Siempre te podré dar un cachito de mí cuando tengas un día libre o cuando vengas a ayudar a tu apá, como le dices tú”.
Ana se aseguró que los niños estuvieran dormidos y regresó a la cocina, y tomó al mocetón de ambas manos, tirando de él, poniéndolo de pie.
“Ven, vamos a que me cojas”.
Lo llevó a la elegante recámara principal, cosa que jamás había hecho son su padre. Se sentó en la cama y bajó sus pantalones. Besó su erecto pene.
“Pero nada de gritos”, le ordenó a su joven amante.
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Claudia y Patty ya estaban algo pasadas de copas cuando llegó su madre, quien con gusto se sentó con ellas. La plática era tan caliente y amena que no escucharon cuando llegó por el intercomunicador que habían dejado encendido.
La bella señora Patricia venía algo tomada también, pero sin perder su compostura.
“No sabía que fumabas, hija”, dijo dirigiéndose a Patty quien no pudo deshacerse de su cigarro, y aunque lo hubiera hecho, el olor la delataría.
Hasta este momento, la situación era que Ana sabía sobre su hermana Claudia y su madre, Claudia sabía sobre su hermana Ana y su madre, pero Patricia no tenía idea que sus tres hijas sabían ya sobre ella y el albañil. Claudia y Ana sabían que Patty estaba en la mira de Ramón, y la bella señora Patricia dijo a Ramón que le hiciera el favor a Claudia y se la tirara, pero no pasó de ser de esas cosas que hablaban cuando ...