1. Diario de Veronica


    Fecha: 05/08/2021, Categorías: Voyerismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Antes que nada, quisiera agradecer a todos por los mensajes y votos positivos que tuve en mis otros relatos.
    
    En esta oportunidad les traigo la historia de Verónica, una joven que se encuentra en sus últimos años del colegio secundario y descubre su pasión por algo que hasta ese momento desconocía: el exhibicionismo. Ese descubrimiento causó en ella un estruendo tal, que necesitó contárselo a alguien pero, sin embargo, como no supo a quién, volcó sus experiencias en una especie de diario que le habían regalado y que hasta ese momento no lo había usado.
    
    Si bien las experiencias de Verónica fueron, son y serán muchas y sus gustos fueron refinándose con el paso del tiempo, para no cansar al lector decidí dividir este relato en varios capítulos. Les pido que si es de su gusto, dejen comentarios y votos ya que es la única forma que tengo de darme cuenta que quieren continuar recibiendo más entregas. Así, cuando vea que se reunió una cantidad de votos y comentarios razonables, publicaré la siguiente entrega.
    
    Espero les guste….
    
    Debo comenzar aclarando quienes son algunas de las personas que Vero menciona en su diario:
    
    Anita: su mejor amiga
    
    Lucho: su hermano mayor.
    
    Lorenza: la mujer contratada para hacer las tareas de cocina y limpieza en su casa.
    
    8 de junio
    
    No se que pasó por mi cabeza pero, lo que haya sido, me gustó.
    
    Necesito contarlo YA y, por eso, decidí estrenar este diario que me regalaron para mi cumpleaños. No me animaría a contárselo ni ...
    ... siquiera a Anita y eso que ella me ha contado y, a su vez hemos hecho, cosas no contables, pero me avergüenza incluso frente a ella.
    
    Voy al grano. Hoy a las 6 de la tarde, cuando volví del colegio, no había nadie en casa. Ya estaba atardeciendo y los últimos rayos de sol que podían verse por la ventana, no llegaban a iluminar el living. Sabía que Lucho tendría entrenamiento de rugby y, por ende, no vendría hasta la noche. Papá y mamá, como siempre, llegarían cerca de las 9 de la noche y Lorenza seguramente había salido a hacer las compras para preparar la cena.
    
    Como dije, no sé qué me pasó, pero al entrar en casa tuve una sensación hasta ese momento desconocida. Podría decir que de pronto me sentí sexy. Si tuviera que describirlo de alguna manera diría que ardía por dentro y que tenía necesidad de que alguien lo advirtiera. Juro que hasta hoy jamás sentí algo así.
    
    El día había transcurrido con normalidad y todo se combinó de manera positiva y armónica para que cuando yo ingresara en casa me sintiera así. El clima exterior era ideal, no había una razón para que estuviera preocupada o nerviosa por algo y, finalmente, la casa se encontraba ambientada de un modo justo. Creo que si hubiera existido algún factor diferente no habría ocurrido lo que contaré y este diario, tal vez, no existiría.
    
    Jugar en ese momento con mis manos seguramente calmaría esa sensación pero ahí terminaría todo. Pero …. yo sentía que no quería eso. Es como que si al traspasar la puerta de casa hubiera ...
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