Follar con los gregüescos puestos a Florencio
Fecha: 13/11/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
... ser que quieras que te ponga cintas de sujetar…
— Mejor elásticos, abuela, respondí.
Era un perfecto short, solo que tenía una tela blanca de toque sedoso muy suave y unas cintas sobre el sedoso. Era como dos pantalones bombachos, uno encima del otro y acababan por debajo de la ingle. El blanco dentro y las cintas del beige estaban unidos por velcro. La abuela ajustó la parte inferior para el elástico de los muslos…, luego le pregunté por qué los unía por velcro en lugar de coserlos y a la abuela y me dijo:
— Blanco y color no se deben lavar juntos, porque mancha o destiñe y ensucia el blanco…, —me mira a los ojos— aquí tienes en color crema un repuesto, solo tienes que despegar el velcro para lavar por separado y poner de fondo el que quieras…
— ¿Y el que va sin cintas?
— Esta tarde voy a comprar la tela… pero quiero saber si el toque de esa lycra te gusta porque la seda da más calor, así que te quitas el tanga y te lo vuelves a poner…
— ¿Aquí, abuela?
— Hijo, ya no me falta nada que ver en este mundo y menos de ti, haz lo que quieras…
Pensé que era verdad y se me empezó a poner un poco dura. Respiré profundo y me quité todo y volví a ponerme el gregüesco. Se sentía bien, caminé un poquito y me daba gusto el toque, me lo quité enseguida, antes de que lo ensuciara con mi presemen, me puse mi tanga, acomodando bien mi polla para disimular algo y…
— Descuida, hijo, no te preocupes, eres muy sensible…, anda vete, ya veo que te gusta ponerte esta ...
... lycra… ¿cuántos quieres?
— Abuela, uno o… o dos, no más…
— Este te lo llevas en media hora y el amarillo también, mañana te doy los otros… mejor los usas sin nada, porque con esta bombacha no se va a notar nada.
— Qué lindos, quedan muy retro…
— Muy retro…, claro que muy retro, siglos de retro…
A la media hora me llamaba a la puerta diciendo
— Aquí los tienes, ponte uno y a ver que lo ajuste sin apretar.
Abrí la puerta, me los dio, la besé, me puse uno, el blanco, aunque el otro también iba completo. Salí, fui donde la abuela, me hizo dar vueltas sobre mí mismo y me dijo:
— Yo les hacía a mis niños esto en solo blanco cuando eran pequeños, así no se notaban los pañales; te quedan bien.
Como siempre me ha gustado llamar la atención, salí a la calle y todos me miraban. Si hubiera llevado calzas, jubón y ropilla pareciera estar en el siglo XVI. Al día siguiente tenía los otros sin cintas. Mis amigos Lorenzo, Zigor y Mauro me preguntaban dónde había comprado semejantes paramentos y no quería decirles, pero la abuela se asomó, se me puso en jarras mirándome y no tuve más remedio que declarar la verdad. Ellos se pusieron a mirarla y la abuela se pasó una semana dándole a la sigma. Con estos calzones pasamos el resto del verano. La abuela nos hizo muchos para que nos cambiáramos con frecuencia, porque no usábamos con ellos más ropa interior.
La cinturilla superior era ancha y la abertura para usar el pene con tres botones, de modo que fácilmente salía la ...