1. Follar con los gregüescos puestos a Florencio


    Fecha: 13/11/2017, Categorías: Hetero Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... polla y los huevos. Para follar no era necesario sacárselos del todo, aunque más nos gustaba la desnudez. Nuestro lugar preferido era el claro del bosque. Allá que nos íbamos cada día para correr, caminar, pasear. Una vez que llegábamos, ya sabíamos que era para follar los cuatro con los cuatro. Pero he aquí que al entrar en el claro nos vimos a un tipo sentado, arrimando su espalda a un árbol, iba con jeans largos, zapatillas y la camisa a rayas abierta, mostraba buenos pectorales y algo de pelos, no tenía el abdomen a cuadros, pero sí lo tenía muy plano; en bandolera llevaba una bolsa de ruda tela y en las manos tenía una especie de bloc y con un lápiz de tinta indeleble iba dibujando lo que tenía delante.
    
    — Hola, nos dijo.
    
    — hola, contestamos los cuatro a la vez.
    
    — ¿Venís a lo de siempre?, preguntó.
    
    — ¿Por qué preguntas eso?, dijo Zigor que al parecer lo conocía.
    
    — Oye, Zigor, diles a tus amigos…, no; mejor, preséntame, ¿sí?
    
    — Mis amigos, Joel, Lorenzo y Mauro; él es Florencio, un compañero de la nocturna, los dos estamos acabando el bachillerato.
    
    — Y…, ¿qué hace aquí?, preguntó Lorenzo.
    
    Florencio se levantó a darnos la mano al tiempo que decía:
    
    — Florencio es mi nombre completo, pero en casa y mis amigos me dicen Floren, si queréis me decís igual, hace tiempo que vengo por aquí, un día os vi cómo os divertíais, pero no me atreví a salir; he venido varias veces a distintas horas y he esperado aquí, pero no he tenido suerte de encontraros y me ...
    ... las he arreglado yo solo…; hoy he tenido, al menos, la suerte de poderos saludar, ni voy a exigiros nada ni nada diré a nadie, por mí no será…
    
    — Mira, Floren, has sido sincero en lo que has dicho y es una pena que estás solo, ya sabes qué somos y cómo hacemos, ahora nos pillas sin saber como emparejarte, pero bienvenido seas: el que es amigo de Zigor, puede ser amigo nuestro…, dijo Lorenzo sensatamente y todos asentimos con sonrisa y con la cabeza.
    
    — No sabía que tú eras gay, Floren, te imaginaba un homófobo o al menos que pasabas de nosotros…, no sé qué…, dijo Zigor.
    
    — Tú conoces a Silver, bueno, quizá lo conozcas mejor por Silverio González…, sí, ¿no?…, preguntó Floren.
    
    — Sí, creo que sí, por el nombre seguro, pero no sabría ahora decir bien de quién se trata, dijo Zigor.
    
    — Se sentaba siempre detrás tuyo.
    
    — Ah, coño, sí, un tío de puta madre, ¿qué pasa con él?
    
    — Es mi…, somos amigos, bu- bueno… casi novios, confesó Floren.
    
    Zigor se bajó su gregüescos dejando una nalga abierta y dijo:
    
    — Escribe en mi nalga tu número de móvil y en tu cuaderno anota el mío, así nos pondremos de acuerdo.
    
    — Cuando Zigor te avise, te traes contigo al tal Silver, lo conoceremos y si es de puta madre, como dice Zigor, pues igual puede ser nuestro amigo, dije yo.
    
    — Ellos dos, Lorenzo y Joel empiezan este año la Universidad, creo que ya saben lo que van a estudiar, pero no quieren decírnoslo, ellos sabrán por qué —dijo Mauro y añadió— pero yo tengo ganas de caña y no de ...
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