1. El chabolista del puerto


    Fecha: 12/08/2021, Categorías: Lesbianas Autor: danisampedro91, Fuente: CuentoRelatos

    ... contesté.
    
    ¿Hola, Solo dices eso?
    
    ¿Llevo 3 días esperando tu visita, y solo me dices hola? Pero bueno, ya veo que has conseguido trabajo.
    
    ¿Qué estás, en la descarga del congelador?
    
    Sí, empecé el martes.
    
    ¿Para cuantos días tenéis trabajo?
    
    Creo que para 7 u 8 días, eso es al menos lo que me dijeron.
    
    Pues ya le he hablado de ti a Pedro, el chabolista del que te hablé, y cuando termines aquí, puedes hablar con él, que seguro tiene algo para ti.
    
    Anda mira, hablando del “Papa de Roma, por la puerta se asoma”.
    
    Espera que te lo voy a presentar.
    
    Se fue hacia una persona que estaba entrando por la puerta en esos momentos, y trayéndolo por el brazo junto a mí, nos presentó.
    
    Mira Pedro, este es Dani, el chaval del que te hablé el otro día. Estos días está en la descarga del congelador, pero ya le he dicho que cuando termine ahí, vaya a hablar contigo.
    
    Me dio la mano mientras con sus ojos me escrutaba todo el cuerpo.
    
    Encantado, dijo el tal Pedro, ya me comentó Fernando de lo bueno que eres, y de lo que necesitas.
    
    Podemos sentarnos un momento y le dices donde tiene que ir para hablar contigo, dijo Fernando.
    
    Cogieron 2 sillas y se sentaron en la mesa en la que me encontraba, quedando yo pegado a la pared y rodeado por ambos. Fernando estaba a mi costado, y el chabolista quedaba justo enfrente de mí.
    
    En menos de 5 minutos ya me había dicho donde quedaba la chabola, y que era a donde tenía que ir para hablar con él. Puedes acercarte esta tarde ...
    ... cuando terminéis la descarga, y te comento en lo que consiste el trabajo y que día puedes comenzar.
    
    Me estuvo explicando más o menos en lo que consistía el trabajo, luego me dijo que él era portugués, por eso era el acento que tenía al hablar, etc. etc. etc.
    
    En esos momentos Fernando muy disimuladamente ponía su mano sobre mi entrepierna, para con todo sigilo, empezar a magrearme la polla.
    
    ¡Uy, veo que estás empalmadito!
    
    ¿seguro que estás deseando una buena follada, ¿verdad?
    
    ¿Si tienes así de empalmada y dura la pollita, seguramente que tienes el culito ardiendo y deseando comerse una buena ración de polla, verdad mariconcito?
    
    ¡Me tienes loco por volver meter mí manguera en tu culito, y apagar ese fuego que despides por él!
    
    Cada vez estaba más ruborizado, y no sabía cómo salir de aquello. Por un lado, me moría de vergüenza, por otro cada vez me notaba más excitado y con tremendos deseos de que aquel tipo me bajara los pantalones, y me clavara la polla en el culo. Deseaba volverme sentir empalado por la polla de aquel macho.
    
    Gracias a que el tiempo que me quedaba ya era mínimo, les dije que ya me tenía que ir a empezar a trabajar.
    
    Bueno dijeron ambos, quedamos en vernos cuando termines. Y ambos se levantaron, dejándome salir.
    
    Antes de salir del bar, fui a los aseos para mear antes de comenzar el trabajo. Estando en los urinarios Entró el chabolista. Poniéndose a mi espalda, echó su mano a mi polla que estaba empalmada por lo que me costaba trabajo ...
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