1. La segunda lección


    Fecha: 22/08/2021, Categorías: Confesiones Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... falta maestría”, dijo.
    
    —”Para eso hace falta tener paciencia y querer hacer gozar del sexo al otro”, le corregí.
    
    —”¿Cuándo aprenderé yo eso?, preguntó.
    
    —”Ya lo has aprendido; ya sabes que si delante tienes alguien a quien amas y no hay prisa, no tiene por qué sufrir el otro, ni gritar de dolor. Los gritos para las locas; el amor es agradable, y duele solo lo necesario para despertar la pasión. Ahora después te toca penetrarme a mí, porque esa polla tan, tan…, me mola, me mola tenerla en mi culo, sentirla, gozarla…”, le dije cerrando los ojos.
    
    —”No sé hacer las cosas que tú, ¿y si no lo hago bien?”, objetó
    
    —”Sí vas a saber. Todo lo que tienes que hacer es pensar que yo soy algo tuyo muy preciado. Me vas a hacer entrar en ganas. Me llevas a tu deseo y me haces desear, con caricias, besos, un beso negro porque ahora vamos a limpiarnos el ano bien limpio. Y luego me penetras con una vela”, le expliqué.
    
    —”¿Con una vela, dices?, preguntó sorprendido.
    
    —”Si, es una postura que me gusta mucho para la penetración…”
    
    —”¿Como esa que llaman el perrito?”, preguntó como quien no sabe de qué va, y no lo sabía.
    
    —”Bueno, es una postura, como el perrito es una postura, pero el perrito es muy mainstream. Prefiero para ti una cosa más friky, más nueva, la vela”, dije para meterle curiosidad.
    
    —”¿Cómo es?”, la curiosidad le hizo preguntar.
    
    —”Después de toda la preparación que quieras que hagamos, esperando que nuestras pollas se pongan duras, has de conseguir ...
    ... dejarme de modo que yo esté tumbado sobre la cama, espalda en horizontal y mirándote; tomas con tus brazos mis piernas juntas formando con mi cuerpo un ángulo de 90 grados. Las levantas a buena distancia de la cama respecto al resto de mi cuerpo. Mi agujero ha de quedar totalmente expuesto y tú te ajustas con toda tu anatomía para hacerme una penetración muy profunda. Mantén mis piernas cerradas para que se estreche mi conducto y sea mayor la fricción, tu roce conmigo. Para mí será muy cómoda, porque tú sujetarás mis piernas; como me mantendrás elevado, voy a tener una enorme sensación de placer, si lo haces bien. Luego igual te digo que me masturbes, depende. Verás cuánto lo gozas. Pero no pienses que te vas a equivocar o no lo vas a hacer bien, que yo no seré un pasivo total, pues te ayudaré. Pero la gozaremos los dos”.
    
    Esta fue toda mi indicación. La suficiente, para que se manejara como un maestro. En la ducha, nos lavamos, que ya tiene su morbo. Le puse cabeza abajo y se apoyaba con sus pies y manos en el suelo, dejando el culo en la parte superior. Descabecé la ducha y metí el extremo del tuboflex en el ano, sin apretar, pero suficiente para que penetrara el agua en el interior. Cuando ya comenzó a salirse el agua, cerré la ducha y noté que tenía espasmos. Para no hacerle sufrir, le dije que se enderezara poco a poco e hiciera fuerza para sacar del vientre todo lo que tenía. Comenzó a salir toda la mierda con el agua. El lo vio y se rió viendo tantos grumos de mierda que ...
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