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La segunda lección
Fecha: 22/08/2021, Categorías: Confesiones Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
... desaparecían por el coladero de la ducha. Dejé la ducha limpia y le dije que de nuevo se pusiera como antes y volví a llenarle los intestinos de agua, y otra vez, bastante mierda salió de su vientre. Ahora empezamos a decirnos groserías, si somos el 50 por ciento de mierda, si esto es una mierda, y mira que mierda tan chula tengo, que si eres una mierda, etc. Esto hacía divertida la operación. Así se lo hice cuatro veces y se quedó limpio. Pero ya le costaba sacar su agua, porque no había materia que empujar. Cuando se encontró perfectamente bien, le dije que hiciera lo mismo conmigo. Me limpió y comenzó tras la última salida de agua a meterme su nariz en el ano para decirme que no olía. Salimos de la ducha a secarnos uno al otro y nos fuimos a la cama. Nos sentíamos raros, como si nos acabáramos de conocer. Las explicaciones y el lavado nos habían enfriado las pasiones. Volvimos a salir, ahora muy despacio y sigilosos hacia la cocina. Ibamos desnudos. Descubrí pan y jamón y me llevé una botella de litro de cerveza que había en la nevera. Por suerte nadie se despertó, nos lo llevamos a la habitación. Allí nos reíamos de pensar si hubiera salido alguien de la casa y nos hubiera visto desnudos, pero no era nuestra preocupación. Con el lavado sentíamos hambre y nos pusimos a comer el pan con jamón y a beber la cerveza. No usamos los vasos, sino que bebíamos los dos de la botella. La verdad es que ese desayuno tenía su morbo y lo comimos con avaricia. Néstor me ofreció de su ...
... bocata y le di un mordisco grande, luego le ofrecí del mío y me superó. Las risas imperaban entre nosotros. Ya ninguno de los dos se comió su bocata entero, íbamos alternando y nos comimos los dos bocatas y nos tomamos la cerveza. Néstor, con su boca llena de cerveza se vino a mi boca y me dio a probar de segunda mano, tragamos cada uno una parte y me pasó la botella para que hiciera lo mismo. Jamás había disfrutado tanto un desayuno como éste, y eso que todavía era de noche. Néstor se limpió las manos en sus muslos; la humedad de la botella estaba pringosa. Yo me limpié mis manos en su cadera, porque nos pusimos de pie, para besarnos. Néstor llevaba la delantera y me besó todo el cuerpo pulgada a pulgada. Nada se le quedó. Cuando me besaba los pies, estaba dando a mis ojos una visión espectacular de su agujero anal y me incliné para besarlo y meter lengua. A Néstor le gustó esto porque suspiró. Cuando llegó a mi culo, me hizo tumbar en la cama tal como le había indicado y echó mis piernas hacia mi cabeza. Con mis manos me las abracé y abrí bien el hoyo de mi trasero. Se puso de rodillas y con toda su cara en mi culo, comenzó a pasar la lengua, y a meterla en mi agujero. Así estuvo un rato largo hasta que consideró que podría haber ayudado a dilatar mi esfínter, lo que comprobaba de vez en cuando con sus dedos. Entonces me tomó las piernas y comenzó a elevarme hasta poner mi agujero a la altura de su total erecta polla. Ensartó la punta de su polla en el hoyo y comenzó una ...