1. El hermano de mi hermano es de cuidado (I)


    Fecha: 15/11/2017, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... lengua.
    
    Como nos supo a poco, alargamos la boca a nuestras pollas. Esta vez lo inició Sinto y yo le seguí, pero pronto levanté la mano y le fui pasando mis dedos mojados por el orificio del culo, hasta que metí un dedo muy poco a poco y comencé a meterlo y sacarlo, no se quejó, movía su cuerpo a espasmos y noté que se venía, cerré bien mi poca en torno a su polla y comenzaron los chorros disparados por su polla, con mi dedo seguía hurgando adentro y afuera. Yo estaba ya muy caliente y cuando Sinto metió su dedo en mi culo, como yo estaba totalmente distendido, lo clavó de inmediato, me dolió un poco, pero no tarde en disparar, Sinto con su gran boca no tuvo ninguna dificulta, nos enderezamos juntos y nos abrazamos, el beso nos dio un nuevo y agradable sabor en la boca y le dije:
    
    — ¡Mi querido Sinto, qué guapo eres y qué bueno estás!
    
    — A ti se te nota que vas al gimnasio, eres puro cuero... —me dijo Sinto con una sonrisa de satisfacción.
    
    — Tu cuerpo no tiene nada que envidiar, pero te iría bien venir a mi gimnasio, —le dije.
    
    — Hecho; ¿y ahora qué?, —preguntó
    
    — A la noche lo decidimos, ahora salgamos a dar una vuelta y luego nos vamos al cine, —le respondí.
    
    Fuimos al cine, nada interesante, pero en la oscuridad nos tocamos y nos divertimos bastante. Al acabar la película, nos regresamos a casa, a cenar y a ver la televisión con nuestros padres. Gonzalo cenó y se metió en su cuarto. Los cuatro conversamos pero nadie tocó el asunto Gonzalo. Nos fuimos a la ...
    ... cama. Era lo que deseábamos Sinto y yo. Cuando nos desnudamos, nos metimos bajo la sábana para dar más morbo a la situación. De repente, me para Sinto y me dice:
    
    — ¡Quiero que me la metas!
    
    — ¿Seguro?
    
    — Quiero que me poseas, hazme tuyo —dijo con la cara seria.
    
    Eché la sábana al suelo, le besé como sabíamos hacerlo y, soltándose de mi beso, se me puso como perrito, comencé instintivamente a comerle el culo y a meter la lengua, noté que suspiraba, gemía cuando pasaba la lengua y apretaba con la yema del dedo, y me dijo:
    
    — ¡Déjate de mariconadas, estoy viendo tu polla dura, ¡¡métela dentro de mí!!
    
    Puse mi polla acariciando su culo y escucho:
    
    — ¡¡Métela, joder, métela de una puta vez!!
    
    — ¿Quieres eso, maricón?, pues toma.
    
    Y la inserté de una vez casi entera, gimió fuerte pero tuve tiempo de meter mi mano en su boca para que no se escuchara. Tras un momento de quietud, cuando noté que se había acostumbrado continué manteniendo la mano en su boca y la metí del todo. Se derrumbó y se cayó como aplastado sobre la cama y mi polla a la fuerza salió de su culo. Respiró profundo y comenzó a ponerse en la forma del perrito, pero le di la vuelta, puse sus tobillos sobre mis hombros y mirándonos, le metí poco a poco mi polla en su interior y no le costó nada asumirla. Me quedé quieto, me sonrió, le sonreí y comencé los movimientos de mi pene, al comienzo moviendo mi trasero circularmente y muy lento para que lo gozara y luego comencé a follarlo con mayor velocidad. ...