1. La visita de mi tía


    Fecha: 10/09/2019, Categorías: Sexo con Maduras Tus Relatos Autor: Consejero, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... bañarme antes de que se acostara, accedió, aprovecharía para deshacer las maletas. Le ayudé a llevarlas a la habitación, saqué una toalla y unos calzoncillos de la cajonera y me metí al baño, cuando salí del baño, estaba inclinada sacando ropa de una de las maletas, regalándome una hermosa vista de su culo, me quedé observándola, mientras ella me hablaba de cualquier cosa y mi madre acomodaba la ropa en una parte del armario que habíamos dispuesto. Era excitante verla agacharse, levantarse, caminar, quitarse el cabello del rostro, me vino a la mente la idea de hacerle el amor.
    
    Al día siguiente saldríamos temprano a recorrer varios lugares, el último en bañarse fui yo, al entrar a la habitación pue observar que encima de una toalla estaba húmeda, la ropa interior que seguramente se había quitado, me aseguré que las chicas estaban ocupadas en la cocina, tomé sus bragas y las metí conmigo al baño, me masturbé con ellas, imaginando que era mi tía a la que me cogía, derramé mi semen en ellas y las lavé perfectamente para colocarlas en el lugar en que estaban.
    
    Terminamos de desayunar y salimos rumbo al auto, se veía muy rica con el pantaloncillo corto de color blanco que había elegido, una camiseta ligera también blanca y unas botas cortas de tacón pequeño, se le adivinaban las pequeñas bragas debajo del pantalón que dejaban mas de la mitad de las nalgas descubiertas, sus pechos rebotaban dentro de la camiseta.
    
    Mi mamá prefirió viajar en el asiento trasero para que mi tía ...
    ... pudiera disfrutar el paisaje.  La llevamos a varios lugares turísticos, todo fue subir y bajar, caminar, tomar fotografías, abrazos, risas y ellas, incluyo a mi madre que se carga lo suyo, atrayendo la atención de jóvenes y viejos.
    
    Para terminar la jornada. Mi mamá insistió en que visitáramos un bar al que le gustaba acudir con sus amigos y amigas, yo no podía beber ya que estaba a cargo del volante, así que les dije que no se preocuparan, que se emborracharan.  Y lo hicieron, estaban felices de volver a verse, de hablar, de recordar, baile alternadamente con cada una de ellas, y cuando era el turno de mi tía, aprovechaba para pegarme a su cuerpo, tomar sus caderas, colocarme en sus nalgas. Ya algo ebria mi tía me dijo que me sentara en sus piernas como antes, me negué, mi tamaño no lo permitía, así que ella se sentó en las mías, primero cruzada, abrazándome con las manos en el cuello y después se giró, poniéndome las nalgas en la verga, del otro lado de la mesa estaba mi mamá que se reía de la ocurrencia, ignorando que ya no era un niño y que la tía me ponía a mil.
    
    Sin poder controlarme empecé a tener una erección al sentir el roce de las nalgas de mi tía, ella lo percibió y volteó a verme, en lugar de levantarse, puso los codos sobre la mesa, como para poder escuchar mejor lo que decía mi mamá, levantando y bajando las nalgas sobre mi verga.
    
    Finalmente salimos del bar, les abrí la puerta del auto y nos marchamos a la casa.
    
    Las dejé en la sala, mientras me iba a ...
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