La niña de las gelatinas
Fecha: 26/09/2019,
Categorías:
Primera Vez
Tus Relatos
Autor: Ricardo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Tengo casi 2 años trabajando cerca (10 min.) de una estación del metro en la CDMX, todos los jueves tengo que caminar del metro al trabajo y de regreso pues mi coche no circula.
Al principio no prestaba atención a nada en particular, pues como es costumbre existen gran variedad de puestos ambulantes de comida, de pan, de dulces o de artículos electrónicos y accesorios para celulares.
Un buen día que salí de casa sin desayunar y llegue al metro con el estomago gruñéndome de hambre, me di cuenta de que existe un pequeño puesto de gelatinas y flanes justo en la salida del metro. Yo no acostumbro a comprar comida en la calle, por lo general desayuno en casa y mi esposa me prepara una buena comida para llevar al trabajo.
Cuando compre mi gelatina pague con un billete (entre comillas “grande”) de $200 pesos pues me encontraba sin cambio. Justo en ese momento me percate de que quien me atendía era una niña pequeña, de unos 14 o 15 años, sus rasgos finos y delicados contrastaban con sus hermosos ojos negros. Se veía hermosa pese a su atuendo desalineado y cómodo y que no estaba maquillada.
Ella, decepcionada por no tener cambio me miro y con cierto enojo me dijo: Discúlpeme “señor”, pero no tengo cambio, a lo que le respondí que no se preocupara que al día siguiente me lo podía regresar, al parecer ella si me conocía o me ubicaba pues me propuso que más tarde, cuando fuera de regreso me los devolvería.
Francamente me sorprendió que ella supiera que yo pasaría por ahí ...
... en la tarde así que le pregunte ¿tu como sabes que pasare de vuelta?
Ella con una sonrisa hermosa me contesto que como está ahí todo el día, se percata de muchas cosas y en especial de un “señor” como yo.
Le pregunte ¿Cómo yo?, si, como usted, muy guapo, dijo.
Yo sospeche que hacia esos comentarios porque es parte de su trabajo, pues le conviene “amarrar” clientes por supuesto, a si que me limite a responderle de forma un poco arrogante “si, claro”. Y me despedí comentando: nos vemos más tarde niña, mientras daba la primer mordida a mi gelatina y le guiñaba un ojo. Pude notar cómo se sonrojo cuando hice ese gesto.
Como lo habíamos convenido yo pase a recoger mi dinero cuando iba de regreso a casa, me lo entrego y me despedí de ella manifestándole mi agradecimiento y haciéndole saber que se había ganado mi confianza.
Pasaron 8 largos días para volver a verla y confieso que todo ese tiempo estuve pensando mucho en ella, el lo linda y bonita que es mientras me preguntaba el por qué no se encontraba en la escuela y tenía que trabajar desde temprano y hasta tarde?...
Así que de nuevo era jueves y ahí estaba yo, comprándole a aquella niña bonita, de nuevo pague con un billete de $200 y sabia que no tendía cambio y riéndome le dije, no te apures, nos vemos en la tarde.
Ese dia ella bestia un pants gris claro muy ajustado que dejaba ver la marca de su ropa interior resaltando lo redondito de su trasero y la sudadera igualmente ajustada dejaba notar que efectivamente era ...