1. La niña de las gelatinas


    Fecha: 26/09/2019, Categorías: Primera Vez Tus Relatos Autor: Ricardo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... dar un gasto a la semana, para que puedas vivir mas desahogadamente con tu abuela, me pregunto con entusiasmo que si deberás haría eso por ella? Y porque quería ayudarla?, si no éramos nada, ni familia ni nada. Le dije que me había caído muy bien y que era una niña buena, que merecía una oportunidad. 
    
    Cuando su abuela abrió la puerta tome la iniciativa y salude “buenas tardes señora”, inmediatamente me presente con la ancianita y me di cuenta que sufría de ceguera y sordera, aunque no al 100% pero si lo suficiente para no reconocer a su nieta a solo metro y medio de ella, pues nos pregunto ¿Qué quieren? ¿A quién buscan?, Marlene la tomo de la mano y la tranquilizo diciéndole que era ella y venia con un amigo.
    
    Por lo que, sin preguntarle a su abuela, Marlene me invito a pasar a su humilde casita y me ofreció un vaso con agua. Se que hice mal al ilusionarla con la promesa que acababa de hacerle, sobre ayudarla económicamente y a que retomara la escuela, pues no había terminado la secundaria, pero es que en ese momento yo solo pensaba en una cosa, cogérmela.
    
    Justo comenzó a llover y me dijo que no me podía ir así, lloviendo, así que aproveche el tiempo y platique con las dos. Al decir verdad su abuela era muy amable pero desde luego desconfiaba de mí, por lo que mi mayor reto fue ganarme su confianza.
    Quede de acuerdo con Marlene de pasar a recogerla al día siguiente, en mi coche, para asegurarme de que llegara a casa con su abuela y en mucha confianza me abrazo al ...
    ... tiempo que me pregunto ¿Por qué, crees que me pueden robar? Exactamente!, conteste, mientras sentía su respiración unos cuantos centímetros de bajo de mi pecho, mientras le respondía el abrazo. 
    Eso me éxito demasiado, tanto que ella lo noto, pero no dijo nada.
    
    Al siguiente día pase por ella, subí sus cosas en la cajuela y le abrí la puerta, camino a su casa me dijo: te puedo hacer una pregunta? Claro, dime, respondí, Ayer, cuando me abrazaste, que era eso que se marco en tu pantalón?, de que hablas? Pregunte. Si, justo ahí, entre tus piernas.
    Se hizo un silencio contundente,  tanto que no podía escuchar el ruido del claxon de los autos que pitaban para que me diera cuenta de que el semáforo ya estaba en verde y era mi turno de avanzar y es que la pregunta me dejo helado honestamente. 
    Ella se dio cuenta de que me quede sin habla y se adelanto con otra pregunta, ¿a caso es una pistola?, yo sonreí y morbosamente le conteste que si, era algo asi, mi sonrisa duro poco porque Marlene me interrumpió preguntando si la podía ver. Como pude me estacione a la orilla de la avenida y le dije, Mi niña te voy a explicar, eso que me notaste ayer no es una pistola literalmente, es mi miembro y tenía una erección causada por ti niña bonita.
    
    Obviamente esta explicación le causo más dudas que respuestas y sin morbo ni miedo no dejaba de hacerme preguntas “personales”, ¿Qué es un miembro viril? ¿Puedo verlo? ¿es una pistola o no? Eran tan difíciles y a la vez tan excitantes.. Bueno mi, un ...
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