Venganza - Relatos Eróticos

Venganza

Me divorcié de mi esposa porque descubrí que me engañaba con mi mejor amigo. Nunca lo hubiese sospechado, era como un hermano para mí. Desde adolescentes habíamos sido muy unidos, dormía conmigo en casa,  lo había visto muchas veces desnudo e incluso cuando éramos muchachos nos habíamos masturbado juntos en alguna ocasión.
En una fiesta conocimos a dos hermanas y comenzamos a salir con ellas. Mario mi amigo salía con Macarena y yo con Lucía, finalmente lo de Mario no funcionó, principalmente porque Mario era un promiscuo por naturaleza, no podía estar con una mujer por mucho tiempo, comenzaba a serle infiel, generalmente recurría a mí para que le ayudara en sus planes para engañar a la pobre chica que se enamoraba de él. 
Por el contrario, Lucía y yo nos enamoramos perdidamente y nos casamos en una linda ceremonia. Mario me confesó que estaba triste porque ya no estaríamos tan unidos, pero a la vez se sentía bien porque yo había encontrado la mujer de mis sueños.
El primer año fue todo perfecto, luego Mario comenzó a decirme que lo tenía abandonado, que no le daba importancia, que no salíamos de juega juntos… era mi amigo de toda la vida así es que volví a salir de parranda con él, aunque no engañaba a mi mujer, pero acompañaba a Mario a lugares donde conocía a sus potenciales víctimas, noche que salíamos él volvía a su departamento con una chica nueva. Mario era un hombre muy lindo, con un cuerpo trabajado, porque dividía su tiempo en deportes y gimnasio, trabajo y ...

... mujeres, no era raro entonces que las mujeres se derritieran con él. Yo a veces sentía envidia, porque sin ser feo, no llegaba a su nivel, era demasiado flojo como para pasarme todos los días 3 hora metido en el gimnasio, los fines de semana jugaba al futbol, 
Mario entraba y salía de casa como si fuese la suya, al igual que mi mujer y yo lo hacíamos por su departamento. A veces llegaba del trabajo y él estaba instalado en casa, tomándose un trago y conversando animadamente con mi mujer. Jamás se me pasó por la cabeza que entre ambos pasaba algo, muchas veces Mario me decía que a la única persona en el mundo que le era fiel y que jamás le haría daño era a mí porque era su mejor amigo, su hermano, su familia. Para mí esas palabras eran sagradas, yo pensaba lo mismo y lo cumplía jamás habían pensado en dañarlo de cualquier modo.
Por cuestiones de trabajo tuve que ausentarme un par de días de casa y trasladarme a otra ciudad, obviamente Mario dijo que no me preocupara que él se mantendría en contacto con mi esposa Lucía por cualquier cosa. Todo salió bien en la conferencia que tenía que dar, el hotel en que me quedaba era muy acogedor y en general aquellas jornadas eran muy interesantes para el área en que trabajo. Sin embargo, una tormenta sorpresiva hizo retrasar el vuelo a casa. Hablé con mi mujer explicando la situación y que lo más probable es que pudiera volver a casa recién al final del día siguiente.
Así como llegó, la tormenta se retiró dejando los cielos despejados y los ...