Venganza - Relatos Eróticos

Venganza

... después sonó el teléfono, era Mario, me pidió que no colgara por favor, lo escuché, me pidió una oportunidad, que al menos nos viéramos una vez para conversar, acepté su proposición.
Nos juntamos en el mismo café en que no habías encontrado, comenzó contándome que era difícil no tenerme cerca, que seguía siendo para él su amigo del alma, que jamás había pensado en traicionarme con mi mujer, pero Lucía había sido la culpable, él era culpable de ser caliente, demasiado sexual y yo lo sabía, entonces no pudo evitar los embates de Lucía continuamente. Yo le dije que por qué no me había contado y él contesta que no quería que me desilucionara así de mi esposa, yo estaba muy enamorado.
Conversamos hasta muy tarde y terminó quedándose a dormir en casa. Retomamos la amistad, pero en mí estaba siempre la idea de vengarme, no por mi mujer sin por su traición que aunque me contó cómo había sido todo, yo estaba enceguecido  y mientras mirábamos tv o estábamos acostados o tomábamos un café o un trago o bailábamos con algunas mujeres en una disco yo pensaba en la forma de vengarme, lo seguía queriendo era mi amigo, pero algo oscuro, escondido en mí que no dimensionaba hacía presa de mi cuerpo.
Una noche todo estuvo claro, sucedió mientras nos duchábamos, estábamos juntos desnudos en la ducha como muchas otras veces, conversábamos sobre la noche que nos esperaba, él quería presentarme una chicas que conocía, mientras me hablaba, descubrí su desnudez como si fuera la primera vez que ...

... estaba con él, y mi cabeza dio vueltas y apareció claramente el plan. No tuve dudas debía hacerle a él lo que yo había presenciado entre Mario y Lucia. La diferencia es que no sería una jornada de pasión desenfrenada, sería una violación, quería verlo sangrar mientras lo penetraba, verlo sufrir.
Esa semana planee mi venganza, busque en internet formas de violación, algunas eran demasiado asquerosas y violentas, incluso terminaban en la muerte, ciertamente eso no lo quería.
Llegó el día sábado, por la noche él me propuso salir de nuevo, yo le dije que bueno, pero que antes nos tomáramos unos tragos. Puse en su trago un medicamento que lo dejó profundamente dormido, lo arrastré a la cama, lo desnudé, lo até de pies y manos y puse la cámara lista para grabar. Esperé pacientemente hasta que se despertó, al comienzo no entendía nada, me preguntó que pasaba, qué estaba haciendo, si me había vuelto loco, que quería de él. Me desnudé, comencé a masturbarme delante de él, y luego me puse sobre él, se resistió, me insultó, trataba de desatarse, yo estaba más enceguecido que nunca, no veía a mi amigo, lo único que veía era venganza, venganza. 
Comencé a penetrarlo sin tener en cuenta sus súplicas ni gritos cuando mi pene entraba más en él a la fuerza. Mi pene mide alrededor de 17 cm, pero es grueso y mis embestidas no eran suaves, me fui abandonando al placer de la penetración, pensé que yo no gozaría, que sólo sería hacerlo sufrir, pero mientras mi pene más se hundía en él gozaba más y ...