1. LA SECTA


    Fecha: 01/11/2019, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Antonio, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... que llevaba la daga dorada, pusieron a mis pies una batea dorada, me pusieron de pie y ante mi sorpresa los hombres comenzaron a besar, uno a uno, mi pene, después que todos lo besaron, el hombre que llevaba la daga, se acercó y  comenzó a chupara mi verga, yo temblaba, pero mi cuerpo fue reaccionando y mi pene se puso duro como fierro, nunca había estado en esa situación, nunca en mi vida había tenido sexo oral con un hombre, tenía una mezcla de miedo y excitación. El hombre sabía chuparme porque de mi garganta surgieron gemidos de placer, a mi costado los demás hombres cantaban en lengua desconocida iluminados por la luz de las antorchas, se masturbaban. Sentí que estaba próximo el orgasmo, mi cuerpo se tensó, el hombre sacó el miembro de su boca y tomó la batea justo cuando mi semen salía disparado, cayó en la batea, el hombre volvió a chupar mi verga hasta limpiarlo completamente, me hicieron sentar nuevamente en la silla y uno a uno los hombres fueron lanzando su semen a la fuente dorada, el hombre limpiaba aquellos penes con su boca.
    La batea estuvo llena de semen, yo miraba el espectáculo al borde de la locura, no podía creer lo que estaba viendo.  El hombre entonces, tomó la daga y diciendo una especie de oración cortó sus venas, la sangre se mezcló con el semen. Pasaron unos segundos y un hombre se acercó al sacerdote, puso en sus heridas un ungüento  y una venda  que cortó la sangre, el sacerdote revolvió con la daga la mezcla entre sangre y semen, luego ayudado ...
    ... por el otro hombre tomó la fuente, se acercaron a la estatua y  subiéndose a ella alcanzaron  la boca abierta, comenzaron a verter el contenido por ella. Los cantos se hicieron más altos,  los hombres bailaban alrededor de la estatua en éxtasis, de pronto se hizo un silencio profundo, la luz de la luna iluminó la estatua y ésta lanzó enormes chorros de líquido blanco sobre todos nosotros. 
    El baile se hizo más desenfrenado, los hombres ya no sólo bailaban sino que se tocaban, se besaban, una orgía alrededor de la estatua.  Sentí muchas manos sobre mi cuerpo, bocas que besaban mi boca, unos buscaban mi ano y metían su lengua muy dentro, me fui abandonando, sentí un pene entrar en mi boca, comencé a chupar con ansias hasta hacerlo correrse dentro, luego ocupó ese lugar otro hombre mientras sentía que mi ano se llenaba con un pene de un desconocido. Quedé adolorido, mi cuerpo pegoteado de semen. 
    A mí alrededor era un mar de cuerpos desnudos chorreando semen, borrachos de placer. La luz de la luna iluminaba el lugar dándole un aspecto celestial.
    El sacerdote se puso de pie y junto a él comenzamos a levantarnos todos, caminó a la fontana bajo la estatua, la luz de la luna iluminaba la leche transparente que colmaba la fontana, mientras entonaba un nuevo cántico seguido de los demás metió las manos a la fontana y luego de unos instantes volvió a sacarlas, miré lleno de sorpresa al ver que entre los brazos del sacerdote se mecía un bebé, un hermoso bebé. El sacerdote lo levantó ...