Mi perversidad - Relatos Eróticos

Mi perversidad

... tacón alto para que mi cola se viera más parada, no me puse calzón.
Baje rápidamente las escaleras para ir a su encuentro, quería ver su reacción al verme. Cuando entre apestaba horrible, le dije hola, pero nadie contesto, me fui hacer ando, estaba tirado en la cama boca arriba y roncando, al hacercarme más pide algo líquido, al voltear vi que era bonito, se había vomitado el pendejo, me moleste mucho porque quería que viera su regalo, lo que se iba a comer y estaba dormido, con el hocico abierto y lleno de vómito. Me di media vuelta para irme, pero el morbo y mi calentura pudo más, me regresé hasta donde estaba acostado, me acerque lo más que pude para verlo de cerca, y en verdad que era feo, lo mire por un rato de arriba ah abajo, al volver a mirar su cara, me llamó la atención que tenía labios gruesos, se veían carnosos y diría que sabrosos, eso me excito sobremanera Entonces se me cruzo una idea, me acoste junto a él, y acerque mi cara lo más que pude junto a la suya, note entonces que por la coyuntura de sus labios tenía vomito y baba, aún así pegue mis labios a los suyos varias veces, le estuve dando besos de pajarito, no me importó que le apestara el hocico horrible,  Estaba tan excitada que decidí meterle mi lengua, toda se llenó de vomitó y baba, pero no me importó, sentía riquísimo, ya en el éxtasis, le limpie con mi lengua el vomito y la baba que le escurría, y le volví a meter mi lengua en la boca, estaba tan perdido que no sentía. Terminé tratándome todo el ...

... vomito de su boca y me gustó. Para rematar lo voltie de modo que quedáramos de frente, cara a cara, puse sus manos sobre mis nalgas y las movía a modo de que me las acariciara, luego las puse sobre mis tetas, sobandolas con sus manos mientras le decía, mira papi lo que te vas a comer, luego lo empezar a besar con ansias, le chupaba los labios con mi boca, incluso llegue a meter su boca dentro de la mía.luego poco a poco empezar a bajar mi mano hasta llegar a su verga, quería mamarcela, pero recordé que estaba fermentando el queso, así que me quedé con las ganas, pero pronto la disfrutaria, y de qué forma. Entonces decidí abrirle la camisa y lamberle el pecho, cuando se lo descubrí, apestaba a sobaco, sudor y mugre, vi que tenía costras de mugre, pero no me importó, lenguetie todo su pecho, mi lengua y mi saliva tragaban las costras de mugre. Estaba tan excitada que no me di cuenta del tiempo. Me incorpore rápidamente y fui a mi casa, mi esposo no llegaba todavía, así que me dio tiempo de cambiarme. No me limpie la boca, porque quería retener ese aliento fétido dentro de ella, aún me saboreaba el vomito, ya más calmada me di cuenta de que me estaba volviendo una adicta a las cochinadas, como era posible que tratará bonito y me gustará, me levanté y limpie mi boca. Me recosté pensando que al otro día sería 24 y tenía que comprar la ropa que me pidió Román Que usará ese día, e inventario una excusa para no ir, y la verdad no me quería perder el disfrutar de mi regalo, sí así lo ...