Mi perversidad - Relatos Eróticos

Mi perversidad

... había disfrutado, imagínense despierto lo que me haría y lo que yo le haría.
Al otro día me levanté temprano, le dije a mi esposo que iba de compras, para ver lo que me ponía para la noche, ya me andaba porque llegará la hora de que se marcharán, se me hizo eterno. 
Al dar las siete de la noche, no me había vestido, andaba con bata de dormir, baje a la sala y le dije a mi esposo que me sentía muy mal, me dolía todo el cuerpo. Él dijo que si quería se quedaban, a lo cual respondí que no, que se fueran sin pendiente, que yo tomaría una pastilla y me iría a dormir, entonces respondieron que estaba bien, pero regresarían lo antes posible. Tuve que decirles nuevamente que no, que se quedarán como siempre hasta el otro día. No quería que me arruinaron mi noche, quería disfrutar al máximo de mi regalo, y qué regalo, tenía planeado quedarme toda la noche con el. Aceptaron de buena manera, y se fueron a las 8:00 HRS. 
De inmediato me levanté para empezarme ah arreglar, estaba súper cachonda, lo primero me pinté las uñas de los pies y manos de un rojo brilloso, después me puse las pantimedias sin nada abajo, me puse perfume en el cuerpo, me puse la blusa negra transparente sin brasier,  luego la falda roja y mis zapatillas, las de tacón más alto. Ya con calma me empezó a maquillar, me puse pestañas postizas, y use un labial rojo intenso, al terminar me miré en el espejo y me veía como toda una puta, estaba super cachonda, luego Heche en mi bolsa mis pinturas, por si las necesitaba ...

... y sí que las IVA a necesitar, acto seguido me apresure a baja y salir de mi casa, eran las 9:00hrs. Me sentí muy aliviada tenía mucho tiempo para disfrutar de mi regalo. Cruze la calle y de inmediato me introduje al baldío, estaba alumbrado, mi regalo había puesto una lámpara, eso me gustó porque podríamos vernos bien los dos y disfrutar más. Así el vería mi cuerpo y yo el suyo y las cosas que haríamos. 
Al entrar percibí un fuerte olor a marihuana y alcohol, pero no me importó, ya estaba acostumbrada, me fui hacer ando y vi a mi regalo parado esperandome, estaba envuelto en la cobija de romero, la cual desprendía un rico olor a miados. Al estar más serca de el, note como se le caía la baba, me miraba con deseo, se notaba que se me quería abalanzaron, ya más calmado me dijo:
         " Perra, estás más buena de lo que me dijo Romero, que cuerpazo de puta te cargas, mamacita" 
Me encantó que me tratara como una ramera.
A lo que respondí:
          "Te gusta lo que te vas ah comer"
Él respondió:
          "Sí, pinche vieja puta, te voy a comer desde los pies hasta la cabeza, te voy a dar una puta sarandeada que ya verás"
Entonces yo le dije:
          " Y yo que me voy a comer"?
Se quitó la cobija, estaba totalmente desnudo, le colgaba la verga, y me di cuenta que tenía unos huevotes de avestruz.
A lo que respondió:
         Esto puta, todo esto te vas a comer, te gusta"
Le contesté: 
          " Claro que sí"
Él se apresuró a decirme
          " Sí papito" " sí ...