Mi iniciación en el sexo
Fecha: 05/12/2019,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Danisampedro91, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Después de estar por lo menos una hora ayudando al viejo marinero, cuando íbamos devuelta en el bote para el muelle; este lo amarraba en la dársena de La Coruña; me iba hablando de sexo, de que, si había que tener cuidado al hacerlo, que hacerlo con mujeres era peligroso, que se podía contraer muchas enfermedades, que hacerlo entre nosotros no nos contagiábamos, y bla bla bla. Vamos que me iba contando auténticas barbaridades, cosa que yo en aquellos momentos no entendía, tampoco le daba mayor importancia; la ignorancia sobre esos temas te hacía ser demasiado ingenuo y atrevido.
Mi despertar sexual, ocurrió cuando tenía 13 años, de aquella iba al instituto (instituto Masculino, así se le llama al instituto Salvador de Madariaga). Por supuesto de La Coruña, que es donde pasó lo que relato.
Los primeros días no paraba de pajearme, me masturbaba hasta la extenuación, vamos que ya no salía nada por mi pobre polla, solo salía una espumilla, que más que semen, parecía nata batida a punto de nieve. Luego pasé a las pajas grupales, o sea con los amigos; solo eran eso, pajas y nada más. Pero poco a poco las cosas van sucediendo.
Esto ocurrió un domingo que salíamos el grupo de amigos. Solíamos ir al centro de la ciudad a pasear, otras veces al cine, alquilar bicicletas, y otras como la que voy a contar, a alquilar lanchas de remo en el puerto de La Coruña.
Donde íbamos a alquilar dichas lanchas, era en la dársena, justo pegado al hotel Finisterre y el ...
... complejo deportivo de la Solana. Ahí había un viejo marinero que alquilaba lanchas de remo. Ya habíamos ido en varias ocasiones. Nunca nos había sucedido nada, pero aquel domingo, después de pasar la hora de alquiler, cuando fuimos a devolver la lancha, el viejo marinero me pidió a mí, que le ayudara a amarrar el bote. Tus amigos no, tu solo, dijo el viejo marinero. Ellos te pueden esperar aquí o en otro sitio, mientras me ayudas.
Mis amigos dijeron que ellos seguían la ruta, y que me esperaban en los columpios que había junto a la dársena, que, si tardaba mucho, cogerían el autobús para el barrio.
yendo con el viejo marinero a hacer lo que me pedía, nos subimos ambos al bote, me pidió que remase yo, mientras el amarraba los demás botes. Me estuvo alabando todo el tiempo, que, si remaba muy bien, etc. Etc. Etc. Luego me dijo si me interesaba ayudarle todos los días que pudiera ir. Solo era hacer lo que terminábamos de hacer, y que por supuesto me pagaría.
Yo quedé encantado, y le dije que sí al momento.
Después de estar por lo menos una hora ayudando al viejo marinero, cuando íbamos devuelta en el bote para el muelle; este lo amarraba en la dársena de La Coruña; me iba hablando de sexo, de que, si había que tener cuidado al hacerlo, que hacerlo con mujeres era peligroso, que se podía contraer muchas enfermedades, que hacerlo entre nosotros no nos contagiábamos, y bla bla bla. Vamos que me iba contando auténticas barbaridades, cosa que yo en aquellos momentos ...