1. Mi iniciación en el sexo


    Fecha: 05/12/2019, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Danisampedro91, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... no entendía, tampoco le daba mayor importancia; la ignorancia sobre esos temas te hacía ser demasiado ingenuo y atrevido. 
    
      Por supuesto que yo era muy jovencito, y no sabía mucho de las cosas de que me hablaba, pero no era tonto, y enseguida me percaté que estaba tratando de hacer el viejo marinero, y que no era otra cosa más que tratar de camelarme y hacer algo conmigo.
       Yo por morbo, y sobre todo curiosidad y sin ninguna experiencia, me dejaba llevar. Estaba deseando que me agarrara la polla y me pajeara, que me hiciera pajearlo a él, yo que sé las cosas que se me pasaron por la cabeza. Lo que deseaba era que me metiera mano, me desnudara, vamos que quería que hiciera algo, el morbo y sobre todo la curiosidad que había despertado en mí me había puesto caliente.
    
       Cuando llegamos a la dársena a amarrar el bote, ya había empezado a anochecer, como estábamos a mediados de agosto; yo le calculo que serían alrededor de las 10 de la noche; antes de subir por la escala que había, estando rodeado de otros barcos que había amarrados, el viejo marinero sacó la polla, poniéndose a mear delante mía, sin ningún reparo; hoy me doy cuenta de que el viejo me estaba tanteando y viendo como reaccionaba. Yo no dejaba de mirarle la polla. Quería tocársela, deseaba que me ordenara que se la cogiera y me hiciera masturbarlo. 
       Pero el viejo marinero, no hizo nada de eso, solo se fijaba en mi cara y veía como yo no le quitaba el ojo a su polla, quedándome hipnotizado mirando ...
    ... aquella verga. Ya estaba, ya me tenía en sus manos, ya me tenía como él quería y había planeado.
       Ahora que ya sabía que me tenía en sus redes, ahora solo era cuestión de llevarme a donde tenía pensado y hacer conmigo lo que estaba deseando.
       Cuando subimos al muelle de la dársena, con la disculpa de ayudarme a subir, aprovechó a tocarme el culo y las piernas, mientras yo subía por la pequeña escala que había. Tienes un buen culito y unas buenas piernas, me dijo aprovechando a sobarme. A mí aquello me calentó aún más, deseando que siguiera haciéndolo. 
       Pero él ya tenía todo planeado, y aquello solo era una toma de contacto y aproximación a mí, y ver como yo iba reaccionando.
    
       Allí pegado a la dársena, estaban los columpios, donde supuestamente deberían estar esperando mis amigos. Pero no había rastro de ellos, había pasado mucho tiempo, y seguramente cansados de esperarme, cogieron el autobús, marchándose para el barrio. Hoy estoy casi seguro de que el viejo marinero, había hecho tiempo a posta, esperando que mis amigos se cansaran de esperarme y se fueran sin mí. Y bueno eso es lo que había sucedido.
    
       No están tus amigos, dijo el viejo marinero.
       No, le contesté, seguro que ya se fueron para el barrio le dije.
    
       Bueno pues si quieres ven conmigo, así sabrás donde encontrarme, para cuando vengas a ayudarme, si no estoy donde alquilo las lanchas, vienes a buscarme.
    
       Bueno le contesté, esperando que ocurriera algo más.
    
       Fuimos caminando hacia ...
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