1. Mi cuñada me enloquece


    Fecha: 20/11/2017, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... adolescente. Sin embargo, él me lo contó.
    
    —Es mi mujer. —dijo.
    
    Me sorprendió la palabra “mujer”. Ni novia, ni amante. Mujer.
    
    Inmediatamente comencé a cuestionarme la lujuria que había generado en mí esa chiquita. Ya no era la chica ligera con la que Marcelo se había acostado la noche anterior. No era una hembrita cualquiera que había calentado su cama, y quien sabe, la de algunos más. No. Era su “mujer” y eso lo cambiaba todo. Ya no podría darme el lujo de deleitarme con su culo generoso, ni perderme en la belleza sensual de su rostro inmaduro. Maldije a mi hermano en silencio. Si me lo hubiese advertido antes, me hubiese inventado una coraza que me protegería de la lujuria. Pero ahora ya era tarde. En fin. Debía conformarme, y guardarme la calentura para otras mujeres. Y para colmo no estaba con ninguna desde hace más de tres meses.
    
    —Está peleada con sus viejos. —Dijo Marcelo, sacándome de mi ensimismamiento.
    
    —¿Qué?
    
    —Está peleada con sus viejos. —repitió.
    
    Pero no era que no lo había entendido, sino que lo había comprendido a la perfección.
    
    —Así que querés traerla a vivir acá. —dije, adelantándome.
    
    —Sólo unos días. Hasta que consiga dónde quedarse.
    
    —Vos sabés que esos días se van a transformar en semanas.
    
    —No tiene dónde quedarse. —dijo, ignorando mis palabras. Luego levantó la mirada con un gesto que parecía indicar que había hecho un gran descubrimiento.— Mirá, ella te puede limpiar la casa, y lavar la ropa. Y hasta cocinar.
    
    La idea no ...
    ... me desagradó del todo. No me gustaba nada hacer esas cosas, y no estaría mal que alguien me ayude. Sin embargo, tener a dos personas desempleadas en mi casa iba a ser sumamente costoso. Y también estaba ese otro problema: La chica era muy linda. Iba a ser muy incómodo tener a ese bombón merodeando por la casa.
    
    –¿Cuántos años tiene? —pregunté.
    
    —Dieciocho.
    
    —Es muy chica para vos, además, ¿de verdad tiene dieciocho? No quiero tener quilombos legales.
    
    Marcelo se levantó de la mesa y se fue a su cuarto. Salió enseguida y tiró un plástico rectangular sobre la mesa.
    
    Lo tomé, y vi la foto de Mariel en él. El documento demostraba que era mayor de edad desde hace apenas dos meses.
    
    —Igual es una nena para vos.
    
    —Esa nena coge mejor que muchas mujeres. Es chiquita pero tiene mucha experiencia.
    
    Todas las señales me indicaban que vivir con mi hermano y mi cuñadita me iba a traer problemas, pero no podía decirle que no a Marcelo. Además, yo debería ser capaz de controlar mi lujuria, y aunque cayese en la tentación, nada me aseguraba que ella también estaría interesada. Mariel tenía pinta de loba disfrazada de cordero, pero probablemente me equivocaba. Al menos eso esperaba.
    
    Fui a la oficina y no volví hasta las seis de la tarde. Al llegar a casa encontré a Mariel acurrucada en un sillón de la sala de estar. Se levantó como con vergüenza.
    
    —No me molesta que te pongas cómoda. —le dije, para que se tranquilice.
    
    —A la mañana barrí, y pasé el trapo, pero me tenés ...
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