1. Venancio el viejo tendero 3.


    Fecha: 03/01/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Danisampedro91, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

         Los siguientes días seguimos coincidiendo el viejo tendero y yo, en el bar en el que solíamos parar. Y como ya era costumbre, cada vez que coincidíamos en los aseos, el viejo tendero, me metía mano todo lo que podía.
     
       Antes de entrar en el water, había una pileta para lavarse, luego había un urinario, y al fondo estaba el water. El sitio no era muy espacioso, y al pasar hacia el water, era muy fácil rozar al que estaba lavándose, o meando en el urinario. Pues cada vez que yo iba a mear, era casi seguro que me encontrara con el viejo Venancio, y por supuesto él siempre se aprovechaba; cada vez era más descarado, hasta llegó a bajarme los pantalones, y además de sobarme el culo, llegó a meterme un dedo en mi hoyito. La verdad es que aquello me gustaba, pero me cabreaba y me ponía nervioso que cualquiera que entrara nos pillara en aquella situación. 
       No te preocupes, me solía decir el viejo tendero, si alguien quiere entrar, cuando abra la puerta, no va poder, ya que esta tropezará con migo, y antes de que pueda entrar, ya nos abremos acomodado. Venancio, tenía razón en aquello, pero yo seguía poniéndome nervioso cada vez que nos encontrábamos en los aseos. Y como si aquello fuera una premonición, el viernes por la noche; ese día estaba yo solo en el bar, y en un estado un poco eufórico, ya que había bebido bastante; al ir al aseo a mear, como casi siempre sucedía, al poco, entró Venancio, y como cada vez, empezó a meterme mano. No tardó en ponerme cachondo, ...
    ... hasta que consiguió bajarme los pantalones y slip, y arrimandose a mi espalda, sin dejar que saliera del urinario, empezó a sobarme el culo, para luego agarrarme la polla y empezar un suave meneo, mientras con la boca me mordía la nuca, me susurraba lo bueno que estaba, y que quería follarme allí mismo.
       En aquel momento perdí la noción de donde estaba además de la razón. Echando la mano a su paquete, le saqué la polla, empezando a menearsela. Nos pusimos tan cachondos, que nofuimos capaces de parar. Me giró hacia él, y poniendo sus manos sobre mis hombros, me empujaba para que yo me agachara, y le chupara la polla. 
       Anda se vueno, y abre la boca y hazme una mamada, que estoy que reviento. Justo cuando estaba tragando aquella verga, se abrió la puerta, y aunque esta no pudo abrirse de todo, el que quería entrar, pudo ver perfectamente en que situación nos encontrábamos el viejo tendero y yo. 
       El que quería entrar, y nos había pillado en aquella situación, no era otro que el camarero del bar.
       ¡Joder! Esclamó esté, pues si que lo pasáis bien, ya veo como os lo montaís. Dejarme pasar a mear, que estoy que reviento.
       Mientras nos componíamos, dejamos que abriera la puerta y pasara. Yo me estaba incorporando a la vez que con una mano, me subía el slip y pantalón, cuando pasaba el camarero a mi costado. Joder con el ciego, no sabía que te gustaban estas cosas, y que culito tienes cabrón, decía a la vez que me acariciaba con su mano el culo; me tienes que dejarlo ...
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