1. que lejos a quedado mi adolesencia cuando dormido soñaba con lety.


    Fecha: 23/01/2020, Categorías: Voyerismo Tus Relatos Autor: M.A.V.M., Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... acariciara y me excitara. Con la espuma del jabón empezaba a frotar mi pene que no tardaba en responder y ponerse inusitadamente duro.
    Así llegué a los 18 años.
    Con mi desarrollo físico mi pene también creció, y a mis 18 años de edad llegó a los 20 cms. medidos a regla.
    Mi cuñadita aparentaba ser la señora discreta, aunque seguía siendo muy observadora de lo que pasaba muy constantemente bajo mi pantalón o mi short que repentinamente se abultaba debajo de mi bragueta.
    Un día, mientras me bañaba noté que alguien me observaba a través del agujero que estaba en la pared del baño: vi el ojo observador, y por las pestañas y un poco de la piel de su cara comprobé que mi cuñada Lety observaba atentamente mi desnudez y mi masturbación.
    ¿Qué tanto tiempo tendría observándome?
    ¿Desde cuándo lo vendía haciendo?
    ¿Cuántos días, cuantos meses, quizás años, habrían transcurrido sin que me diera cuenta que mi cuñada Lety me observaba?
    Lejos de avergonzarme y buscar cubrir mi desnudez, mi lujuria se acentuó y cambié el ritmo de mi masturbación para hacerla más excitante, más provocativa, y desde la regadera le ofrecía mi pene duro, largo, grueso y palpitante.
    Ese día cambió nuestra vida.
    No obstante un fuerte dolor de mis testículos por la gran excitada que me propiciaba que mi cuñadita Lety me observara, en ese momento no llegué al clímax de mi masturbación.
    Me enjuagué los restos de espuma del jabón, me envolví en la toalla, me sequé y me salí del baño, inclusive, por primera vez ...
    ... sin ponerme mi bóxer. Mi pene erecto levantaba la toalla.
    Cuando salí del baño mi cuñada estaba sentada frente al televisor. Pasé frente a ella con mi ropa húmeda que me acababa de quitar antes de bañarme, para llevarla al lavadero.
    Observé detenidamente, pero con malicia, como ella me veía más fijamente. Si la fuerza de lo estrecho del pantalón desviaba y aprisionaba mi pene cuando se me paraba, con la toalla suelta enredada en mi cintura no era lo mismo.
    Mi inteligencia me decía que mi actitud era inapropiada. Mi instinto me exigía seguir el juego de mi cuñada hasta sus últimas consecuencias.
    Cuando me fui a dejar la ropa sucia al lavadero, mi cuñada se metió a la regadera.
    Me hice “pato” más de lo normal en el lavadero, “haciendo tiempo” para que mi cuñada Lety se desnudara y empezara a bañarse. Mi intención era verla a través del agujero de la pared.
    Cuando escuché el ruido del agua al caer de la regadera, pensé que era el momento de ver.
    Me senté “encluquillas” y acerqué mi ojo al agujero.
    Mi cuñada totalmente desnuda abría sus piernas y se tocaba suavemente el clítoris. Indudablemente que estaba muy excitada, ya que gemía y se estremecía al pasar sus deditos por su rajita.
    A mí jamás se me había ocurrido verla por el agujerito del baño.
    Seguramente que mi cuñada se percató que yo la observaba, porque empezó a hacer acercamientos cada vez más provocativos al agujerito.
    El acercar su pubis al agujerito del baño, se separaba sus labios vaginales con sus dedos y ...
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