1. MI SOBRINITA ME VIOLÓ


    Fecha: 27/01/2020, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Empollón, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... fumaba a su joven edad y fue lo que menos me importó. Vi sus playeras en el suelo, cogí una, me subí a la cama y al mismo tiempo que Claudia esbozaba una sonrisa, le di la vuelta, la senté sobre mis rodillas y azoté con sus playeras su juvenil culo, sin miramiento alguno.
    
    Inconscientemente, tapé su boca y menos mal que lo hice, porque el grito que intentó sacar fue terrible. Busqué algo para amordazarla y vi sus bragas y con ella le hice una mordaza dejando sus brazos sueltos. Volví a coger la flexible playera con suela de plástico antideslizante y volví a castigar su culo. Glúteo derecho, glúteo izquierdo. Una y otra vez. Al quinto o sexto golpe, sus gritos cesaron y sus ojos se convirtieron en cataratas constantes. Cuando vi que el color de su piel era ya intenso y la zona quedaba perfectamente marcada, dejé de golpear su culo y me pasé a los muslos, muslo derecho, muslo izquierdo. Cinco golpes en cada uno. Tiré la zapatilla, le di la vuelta, le quité las bragas de su boca y le miré fijamente a la cara mientras le preguntaba:
    
    -Soy así lo bastante hombre para ti?
    
    Ella me sonrió con una mueca y asintió levemente con su cabecita. La cogí en brazos y  la llevé a mi habitación, aparté las sábanas y la tiré sobre la funda impermeable del colchón. Nunca había estado tan caliente y con tantas ganas de follar, no solo me la iba a follar por el coño, sino también le iba a abrir su estrecho culo. Cogí de mi mesita un frasco de lubricante y unté perfectamente su vagina y toda ...
    ... la entrada de su ano, incluso lo más profundamente que pude y al mismo tiempo, mis dedos le fueron abriendo el agujerito. Mi sobrinita empezaba no solo a agitarse de placer, sino que su mano derecha empezó a masturbarse con bastante intensidad ¡qué puta era! Bien, la niña quería sexo, pues esa noche iba a tener sexo y de verdadero macho. Le demostraría ahora si era lo suficientemente hombre para ella. Pero antes, le hice una sola pregunta:
    
    -Claudia, voy a hacerte daño, posiblemente bastante daño ¿vas a ser capaz de aguantarlo y no gritar, o te vuelvo a amordazar con tus propias bragas?
    
    -Fóllame tío, fóllame como quieras y por donde quieras, te juro que no gritaré. Si me duele lloraré, pero no gritaré, te lo juro!
    
    Separé sus piernas, apoyé el glande sobre los virginales labios y en solo dos empujones llegué al fondo de su matriz. Gracias al lubricante y a sus corridas, no tuve problemas para llegar al fondo del estrecho útero con mi polla. La niña golpeaba con sus puños cerrados la almohada y sus ojos eran un mar de lágrimas ¡pero no gritó!
    
    La cogí de sus caderas y empecé a mover su cuerpo y mi propio cuerpo. Durante unos pocos minutos y al notar como disfrutábamos los dos por lo muy estrecho que era su coño, la fui metiendo y sacando lentamente y con cuidado, pero al notar lo bien que mi polla se deslizaba y el enorme placer que sentía yo, fui acelerando el ritmo de penetración y Claudia empezó a dejar de llorar. Sus puños cerrados se fueron abriendo y sus manos ...
«12...678...»