Nadia, mi encule persa 3
Fecha: 22/11/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... tengo que pensar nada… - y ella me interrumpe.
- Tony, espera… no digas nada aún. Hay algo más que necesito hacerte saber y para mí es muy importante. -Yo ya le he repetido mi propuesta.
- ¿Te quieres casar conmigo?
- Tengo una condición que realmente espero puedas poder entender y esto es muy importante para mi… Yo te amo y quizá nunca te lo he dicho, estoy profundamente enamorada de ti y que más quisiera que entregarme y ser tuya ahora mismo, pero tengo una promesa de llegar virgen al altar, pero si tomamos esa ruta, será muy difícil que tú y yo, y a consecuencia Kashira podamos terminar de estudiar. Yo quiero casarme contigo y si es preciso nos casamos mañana por lo civil, y así sentiré que tengo ese pequeño derecho de retenerte. Te daré todo mi tiempo y comenzaré a dedicarte cada segundo de mi vida para procurar nuestra felicidad, podemos vivir juntos y tendremos derecho a gozar y acariciar de nuestros cuerpos, pero no consumaremos nuestro matrimonio hasta recibir la bendición de Dios. Pero por el bien de todos, por el momento debemos tenerlo como un secreto, al menos hasta cuando nos graduemos de la universidad.
- ¿Te quieres casar conmigo? -volví a repetir la pregunta.
- ¡Si! – contesto y nos unimos en un apasionado beso.
Hemos terminado el café y nuestra plática y hemos salido con una alegre sonrisa caminando hacia su dormitorio. En el camino vamos planeando como manejar todo aquello y hemos decidido que no podemos esperar y el siguiente día debemos ...
... ir a uno de esos notarios y firmar ese documento en el cual la sociedad nos reconoce como marido y mujer. De todo aquello, eso es lo que más me emociona, nos vamos comiendo a besos por la calle y Nadia me advierte que debo dejarlo para el siguiente día, pues después de firmar aquellos documentos planeamos ir cerca de la playa a algún hotel y comenzar nuestro matrimonio de una manera clandestina y aquella sensación de alguna manera calma mis ansias.
Estamos cerca del dormitorio de Nadia y su prima, y es obvio que no nos queremos despedir. Unos cuantos detalles, unas cuantas sugerencias y dice:
- Tony, hay algo que quiero que tu hagas hoy por mí.
- ¡Dime! – respondo.
- ¿Ves esta cadena y este diamante? Pertenecen a la familia de Pierre. Quítamelo y se lo entregas a Kashira y ella, cuando el tiempo indicado llegue, lo hará volver a la familia de él.
Así lo hago, remuevo esa cadena que la ataba y rompe esa absurda tradición milenaria, donde los adultos hacen promesas que los menores deben obligadamente cumplir. Yo intento de alguna manera explicar, que todo esto se da en un tiempo al que ninguno de los dos podíamos prever y le prometo que en la oportunidad más inmediata le haré poner una sortija en su anular y me dice con esa elocuencia de su léxico delicioso y expresivo, que no importa, que lo nuestro va más allá de cualquier símbolo. Toca la puerta, Kashira abre, y le he puesto el collar y el diamante en sus manos. Ella me da una sonrisa que también se mezcla con ...