Me dio por el culo en el portal del edificio.
Fecha: 13/03/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Danisampedro91 , Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Yo seguía dudando, cuando veo que lleva la mano a su entrepierna, se agarra el paquete con la mano, haciéndome señas para que fuera, a la vez que me ofrecía su polla, girándose e indicándome aquel pasillo estrecho y oscuro.
Iba de camino para casa, a las 4 de la madrugada cuando nos encontramos. Yo venía bajando las escaleras que vienen desde la calle Falperra y acaban en el principio de la ronda de Nelle, justo enfrente a la iglesia de San Pedro de Mezónzo. Hacía poco que las habían hecho, al igual que los edificios que suben la ronda de Nelle, de hecho, todavía no estaban terminados de todo y aún no vivía gente en ellos, o al menos en la mayoría de ellos.
Venía del centro de la ciudad (La Coruña), de tomar unas copas y buscar alguien con quien follar. Como solía ocurrirme muchas veces, no había encontrado nadie con quien hacerlo, así que me iba para casa caminando por lugares donde pudiera haber alguna persona con quien poder hacerlo. Por ese motivo había bajado por aquellas escaleras, ya que a mitad de estas había un pasillo que iba por detrás de los edificios que estaban prácticamente terminados. Ese pasillo era oscuro y solitario, y era un buen lugar donde poder follar sin ser visto.
Cuando llegué a ese pasillo, iba a ir por él, pero en ese momento, venía por el hacia donde yo estaba un hombre maduro. Los 40 años ya no los cumplía, y los 50, por ahí andaría. Quedé parado al verlo, dudando en si seguir ese camino o no, volví atrás y subí unas cuantas ...
... escaleras, esperando a ver para donde iba él.
Por supuesto que él también me había visto, pero no parecía tener intención de venir hacia donde yo estaba, así que, mirando para él, decidí bajar las escaleras, y cruzar hacia la iglesia de San Pedro de Mezónzo.
Cuando iba bajando, me pude fijar bien la pinta que tenía, era alto, rondaría los 2 metros, y aunque tenía una figura delgada, si aquel mastodonte me da una hostia, cruzo la calle sin tocar el suelo. Me debía llevar unos 30 o 35 centímetros de altura, ya que yo mido 1,65, y pesaba en esas fechas 58 kilos. Vamos que, al lado de ese bicharraco, no tenía ni media hostia.
Además, la cara que le vi, no me había gustado nada, tenía cara de loco, esa fue la primera impresión que me dio al verlo.
Él tampoco me quitaba ojo de encima, se había percatado de que yo andaba rondando por allí, y a saber que estaba buscando. No se realmente lo que pensaba, pero lo que sí sé, es que me caló a la primera.
Parado como estaba, me llamó, pchif pchif.
Yo me paré mirando para él, a ver que era lo que quería.
Me hizo señas con la mano para que fuera, pero yo dudaba, le veía la cara, y me parecía un loco recién salido de un manicomio.
Ven, no tengas miedo, me dijo claramente.
Yo seguía dudando, estaba parado sin saber que hacer.
Volvió a repetirme que fuera, ven hombre, que no te voy a hacer nada.
Yo seguía dudando, cuando veo que lleva la mano a su entrepierna, se agarra el paquete ...