Orgasmos de pis - Relatos Eróticos

Orgasmos de pis

ORGASMOS DE PIS
En el sexo yo creo que son ellas las que nos envician. Esta historia va de lluvia dorada. Es decir, de hacerse pis pero de la forma que os cuento.
Tenía 43 años y un día me llamo a mi móvil una chica con la que me había acostado varias veces llamada María y de la que he escrito dos relatos. También mi anterior pareja llamada Marisol había sido su amante. María es bisexual. Es quizás uno de los rostros más bellos que he conocido. No sé si ya ha cumplido los cuarenta. Es una mujer trepa y que hace lo que quiere con sus parejas. Vamos que está acostumbrada a conseguir todo lo que quiere y es insensible.
-	Quiero quedar contigo- me dijo
La llamada me extraño. ¿Qué querría de mí? No soy un tipo duro de esos que la pueda someter.
Al día siguiente llamó a mi telefonillo porque habíamos quedado en mi casa, pero no era para que ella subiese, sino que me llevaba en su coche para dar una vuelta.
No sé a dónde fuimos. Ella estaba bellísima. Me contaba tonterías.  De pronto paró en un sitio muy solitario.
-	Bájate los pantalones- me dijo.
Y se puso a hacer una paja increíble moviendo los dedos. Igual o incluso mejor que una amiga mía llamada Susana. Pero lo bueno de este caso que mientras te tocaba veías su preciosa cara y su perfume. Siguió manejándome y haciéndome un pajote. Fenomenal. Hasta que llegué a un orgasmo con el que descargué mucha cantidad de leche. Allí en el coche, manchando la tapicería. Ella no hizo nada para que yo no manchase, pero sí que cogió ...

... una toalla del asiento de atrás y se puso a limpiar.
-	Ya lo lavaré después- me dijo.
Me devolvió a mi casa. Y yo imaginando que al día siguiente me iba a pedir algo. Quizás algo muy malo como pasa en varias películas.
Al día siguiente volvía sentarme en su coche, pero esta vez no me llevó tan lejos. Paro en un disco pub. Ella iba más guapa que nunca con un vestido del tipo de los de Nochevieja. La que me invitó fue ella. Me bebí dos cubatas. 
-	Tengo que ir al servicio -le dije
En ese momento me cogió de la mano y me llevó al servicio de chicas. Había tres váteres. Cerró la puerta.
-	Meame- me dijo.
-	¡Cómo!
-	Si me meas encima te prometo que seré tuya esta noche.
Me bajé el pantalón, saqué la chorra que ya estaba dura y larga y me puse a mearme encima de su vestido empapándole todo. Sobre todo, la parte de abajo. Tenía las piernas chorreando. También había pis en su cabello. El meado no cayó al suelo. Ella lo absorbió todo. Tras terminar se agachó y me hizo otra paja espectacular moviendo los dedos con sus uñas largas y rojas. Me corrí y tuve espasmos.
Salimos y había una chica esperando. Tenía el vestido mojado y oliendo a pis. Salimos a la calle. Nadie se debió dar cuenta porque era de noche. Subimos al coche y fuimos directos a mi casa.
Allí volvimos a beber refrescos. Nos besamos y fue maravilloso. Nos metimos en la bañera desnudos. Me puse a merla con mi pene erección. Ella se agachó y la puse perdida. Abrió la boca bebiéndose el líquido amarillo.
Abrió la ...