Orgasmos de pis - Relatos Eróticos

Orgasmos de pis

... contigo- le dije.
Comimos los tres y después vino lo mejor. En mi cuarto nos besamos. Nos comimos la boca. ¡Qué lascivia teníamos! De la boca pasamos a mi polla. Me la chupaban como locas. Me puse de pie y Eva María me la chupaba. Inés que quería ocupar espacio se puso a detrás y me comió el culo como nunca antes me lo habían hecho. Separaba las nalgas con sus manos y encajonaba su boca en ese rincón erógeno. Eva María quería que me la follase y me tumbé sobre ella y sin que Inés se separase de mi culo. La penetré a Eva por la vagina y aquella chica comenzó a correrse sin parar. Me lo decía y yo notaba sus temblores mientras Inés con su lengua penetraba mi ano. ¡Y qué forma de comerme el culo! Eva se moría de orgasmos e Inés quería provocarme uno para que no siguiese follando de esa manera a esa chica tan pequeña. Pero yo aguantaba y no sé cómo. Esa tarde toque las cumbres. Tras muchos minutos me fui dentro con un grito y Eva María también grito. Inés se tumbó en la cama y se masturbó una hora por lo menos.
No sé cómo es que no perdí la vida en aquella sesión.
Pasadas tres horas no sé me había pasado la salidez. Me puse a follarme por detrás a Eva María, por su sexo. Ella gozaba locamente, con un orgasmo detrás de otro porque le gustaba mucho. La sacaba bien dura y se la metía en la boca a Inés que es que me la comía. Así fue varias veces. Con los gritos de la chica bajita y la babosa boca de la madura rechoncha.
La saqué de dentro de la más joven, aunque tampoco lo era ...

... tanto y la penetré a la otra por el culo. Di varios golpes, la saqué y se la metí a Eva María en la boca. No pude aguantar más y me corrí. Ella se la trago toda.
Así terminó la fiesta. Y esa noche me la pasé masturbándome.
Cuando cumplí 44 años deseaba celebrarlo con sexo y pis. Marisa era un supervisora rubia, de 40 años de pelo no muy largo, con gafitas, no exageradamente guapa pero sí muy muy sexi.  Estaba obsesionado con ella.  Se estaba acostando con su amante un joven compañero del trabajo.  Como me decía que no a mis ruegos por yacer conmigo cae muy bajo y la chantajee. Le contaría a todo el mundo lo que hacía con el muchacho. Ella accedió y la conseguí. Pero quería más. En realidad, creo que ella me estaba manipulando para que hiciese es tipo de cosas tan sucias. 
Sin cortarme un pelo le conté al oído lo que haríamos esa noche. Después de la jornada y allí estaba en su coche esperándome. Yo sabía que ella entraba en mi juego complaciente. Era la chica más perversa que he conocido.
Durante el viaje fui hablando, pero ella no decía nada. Ni contestaba. Llegamos a un descampado. Nos bajamos. Me bajé los pantalones y me meé sobre sus pantalones vaqueros. Fue entonces cuando se agachó, tragándose pis y mojándose la cara y el pelo. Lo hacía con los ojos cerrados como disfrutando.
Entramos en el coche y ella estaba goteando. Se bajo esos pantalones vaqueros ceñidos y se sentó encima de mí. Se la metí toda. Subía y bajaba. Jadeaba ligeramente. Un momento se detuvo y noté ...