1. El Niño de la Casa (Episodios 1-5)


    Fecha: 19/03/2020, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Phoenix1986, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... cuerpo. La punta de mi polla chocó contra sus labios vaginales buscando la entrada. Ella tenía aún sujeta mi polla con la mano y la movió para que encontrara ese agujero. Sentí un placer maravilloso con aquella fricción y di un soplido de puro gusto. Le costó un poco entrar, cuando encontró el agujero tuvo que hacer un poco de esfuerzo para poder relajar el cuerpo y sentarse del todo encima mío. Entonces mi pene entró en su vagina y sentí, a lo largo de todo el tronco, la suavidad, la humedad y el calor de mi madre por dentro. Ya estaba dentro. No puedo explicar con palabras la sensación que sentí, tanto física como mentalmente. Mi madre jadeó:
    
    -Oh... Robe... ahora estás dentro... Otra vez... -sonrió.
    
    -Mamá... Lo estamos haciendo...
    
    -Si hijo sí. -respondió ella entre jadeos mordiéndose el labio de placer.- Tu no te preocupes, no hagas ningún esfuerzo... me voy a mover yo... espero acordarme aún...
    
    Y empezó a mover su culo hacia arriba y hacia abajo, notando yo su vagina acariciándome. Era el mismo gesto que hacía con su mano alrededor de mi polla cuando me masturbaba, pero al hacerlo con el coño, la sensación era infinitamente diferente. Se arqueó más hacia mi para facilitar su movimiento y apoyar sus manos en el colchón y me encontré con sus tetas prácticamente en mi cara. Las agarré con mi única mano funcional y las chupé. El ritmo de su culo aumentaba muy gradualmente. Puse mi cara entre sus pechos y me abandoné al frenesí. Mi madre empezó a gemir cada vez más ...
    ... fuerte y aumentó el ritmo aún más.
    
    -Mamá... te quiero...
    
    -Lo sé -dijo ella entre gemidos.- Sabes que yo a ti también...
    
    -Mamá... creo que me correré otra vez...
    
    Su ritmo creció más:
    
    -Claro, cariño... Hazlo si te apetece...
    
    La sujeté de su culo con la mano izquierda y le ayudé a marcar el ritmo acelerándolo aún un poco más. En mi polla el placer crecía y crecía y la cara de mi madre se iba rompiendo en una expresión de placer absoluto. Mi polla se endurecía hasta llegar a su máximo: lo siguiente era estallar en un orgasmo. Mi madre jadeaba casi con dificultad, cerraba los ojos y se mordía el labio. Como si mi semen me sobrara, sentí que tenía que salir cuanto antes e inundar el sitio del que yo nací.
    
    -¡¡¡Mamá... me corro!!!
    
    -Yo... tamb... ién...
    
    Y gemimos los dos como posesos. Mientras mi polla explusó todo el semen que le quedaba, su vagina la estrujó y comprendí cual era el peldaño más alto en la escalera del placer. El cuerpo de mi madre se convulsionó y entendí como era un orgasmo femenino. Jadeó y gimió como una posesa. Nuestros movimientos fueron cesando y volviéndose deliciosamente tranquilos, con el placer mutuo convirtiéndose en un gran gusto que se prolongaba hasta más no poder. Mi madre buscó mis labios con los suyos y me besó en aquel fantástico momento.
    
    -Cielo... -dijo cuando recuperó el aliento.- ¿Como estás...?
    
    -Mamá -dije yo.- Ha sido increible... Aún no me lo creo, mamá...
    
    Me volvió a besar y no dijo nada. Aquella noche ya ...