El Niño de la Casa (Episodios 1-5)
Fecha: 19/03/2020,
Categorías:
Incesto
Tus Relatos
Autor: Phoenix1986, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... tanta belleza en un mismo sitio, se estaba quitando el vestido. Cuando terminó se dirigió a nosotros y la pude ver también a ella. Su bikini era blanco con dibujos varios de florecillas, muy mono. Sus tetas podían competir perfectamente con las del resto de chicas de mi familia, más grandes que las de Laura y Marta (aunque Marta iba en camino de superarla cuando tuviera su edad) pero más pequeñas que las de tía Isa. A pesar de todo, ella no era una novedad para mi y no me impresionó tanto: la había visto ya aquel mismo verano en bikini yendo a la playa con más amigos. En cambio con mi tía y mis hermanas nunca había alucinado de aquella manera. Hacía desde el verano anterior que no las veía en bikini y, aparte de una agradable sensación que siempre provoca una chica ligera de ropa, no recordaba tal impacto visual como el de hoy.
-Robe, tu madre nos ha dado permiso para empezar a bañarnos mientras ella se cambia... -dijo tía Isa reclamando que mi vista fuera a sus ojos- Es tu fiesta así que si quieres ser el primero....
-¡Guay! -dije disimulando mi impresión y volviendo en si, intentando no tener una erección allí mismo.
-¡Pero antes una ducha! -dijo mi tía con un ligero tono de autoridad.
-Claro -respondí yo, obviándolo.- ¡Allá voy!
Me duche rápido y me tiré al lado fondo de la piscina. Mis hermanas y Ainara fueron detrás mío y en unos segundos los cuatro estábamos en el agua. Marta y Laura se fueron a nadar riéndose como crías y Ainara se relajó, dejándose ...
... llevar por el vaivén del agua en movimiento. Aquellas cuatro hembras me tenían muy caliente pero aún no había llegado al máximo. No sabía lo que me esperaba.
Cuando apareció mi madre por la puerta, saliendo de casa para llegar al jardín, literalmente aluciné. Ella desprendía algo especial. Su cintura no era tan estrecha como la de mi tía pero sus formas de mujer se mantenían estoicamente en su sitio a pesar de haber tenido ya tres hijos. Sus tetas eran incluso un poco más grandes que las de mi tía y, además, se adivinaba que tenían una forma exquisita bajo aquel bikini que parecía encerrarlas bajo presión. Sus caderas tambien se ensanchaban un poco más que las del resto de chicas de mi familia... pero para mi ella era la mejor. No supe qué cara poner, peró noté como mis ojos se abrían mucho al tiempo que mi erección, a pesar del agua fresca, se transformaba en irrefrenable. Entonces vi que ya no podía más. Por primera vez en la vida comprendí que mi cuerpo de dieciseis años, en pleno apogeo hormonal adolescente, en pleno verano, rodeado de chicas semidesnudas bañándose en una piscina, necesitaba acción. Ainara se acercó a mi nadando y me dijo:
-¿Echamos una carrera?
-Ahora mismo no me apetece... -dije yo.
-¡Ja! Eso es que tienes miedo de perder, -se burló ella- gallina...
-Jeje... -me reí yo falsamente- Estamos de vacaciones... ¡Esfuerzo mínimo, Aina!
-Cuando quieres eres un soso -dijo ella.- En fin.
Se fue a nadar dando vueltas a la piscina. Mi madre ...