1. Piel canela: Pablo (Capítulo 1)


    Fecha: 27/03/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Mateo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... llegábamos, pasamos por los campos de café, las plantaciones de naranja, puesto que la hacienda no solo se dedica a la ganadería sino también a la agricultura; pero su principal ingreso esta en las reses de lidia, después de un rato de andar trotando a caballo al fin llegamos a las praderas donde pastan libres los sementales y las vacas de lidia junto a sus becerritos, vimos el lote de las vacas paridas y gestantes, los añojos, erales, utreros, cuatreños listos para ir al ruedo, las praderas de caballos sin adiestrar, etc. Cabe recalcar que la vista de estos lugares es única, hay árboles grandes y mucha grama verde, además es la época en la que algunas de las vacas ya han entrado en celo y se puede ver al semental cubriéndolas.
    -El toro sí que vive como un rey. –dijo Pablo, al ver al semental cubrir a una de las vacas.
    -Ese es su trabajo, lo único que tiene que hacer es comer, disfrutar de este paisaje y follarse a cuantas vacas pueda para que den becerritos. –Respondí yo, viéndolo a los ojos y lanzando una mirada como la que suelo hacer cuando quiero que alguien me coma la verga.
    -Me gustaría ser un toro, definitivamente, pasar mi día comiendo, descansando y follando, con lo que me gusta follar a mí. –dijo el, secándose el sudor del pecho.
    -Follar, una de las más grandes delicias de esta vida, y que mejor si es en un paisaje como este. –dije yo, tocando mi entrepierna al sentir que empezaba a tener una erección al oír a Pablo hablar así, con su acento de gitano.
    -Os  ...
    ... parece si descansamos un rato bajo ese árbol, hace mucho calor y tengo el pecho y la espalda empapados de sudor, creo que me quitare la camiseta. –dijo Pablo.
    -Si, por favor, descansemos
    Ambos nos bajamos del caballo y caminamos unos pasos hasta la sombra de un roble enorme. Yo caminaba detrás de él, no podía dejar de contemplar su perfecto trasero, era redondo y seguramente muy firme y turgente si lo tocara, cosa que me moría por hacer. Pablo se quitó la camiseta, su pecho y su abdomen parecían esculpidos por el mejor escultor, su piel tostada parecía brillar con el sudor, tenía una fina línea de bellos que nacían por debajo de su ombligo y seguían su camino hasta perderse en el interior de la pretina de su pantalón. Verlo era un placer, y ese cuerpo me incitaba a tomarlo entre mis brazos y besar esos labios gruesos, bajar por su pecho y lamer sus tetillas oscuras y mojarlas con mi saliva; quería amarlo, quería poseerlo, no solo me lo quería follar, creo que en serio este tipo me gustaba.
    Destape una botella de agua que colgué en la silla de mi caballo y le di un gran sorbo, el calor me había dado sed, tome un segundo sorbo y termine mojándome el pecho con el agua.
    -Hey tío, más cuidado, si era café caliente te quemabas. –Dijo Pablo-. Sera mejor que te quites la camiseta, no te vayas a resfriar.
    -No exageres, ni que estuviera helada; pero creo que si me quitare la camiseta por que hace demasiado calor.
    Procedí a quitarme la camiseta, o como se dice en Perú, polo; cuando ...
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