1. Los cacheros y yo (III)


    Fecha: 08/04/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Alex, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Así mi vida se fue convirtiendo en una rutina, una vez a la semana mi macho Esteban me culeaba rico, y de vez en cuando tenía que atender a don Rigo, felizmente el viejo ya no era muy potente, los muchachos me silbaban en el parque y me decían para ir con ellos, pero cuando le pedía permiso a Esteban, este se negaba, así que me quedaba con las ganas, el más insistente era Mauricio (el gordo), incluso una vez me acompaño al paradero de buses y me dijo que quería que nos encontraramos a solas lejos del barrio, yo le dije que estaba ocupada pero me daba curiosidad. Por otra parte el hermano de Esteban seguía tratándome mal, y en el fondo eso me excitaba, quería que me cachara a como de lugar.
    
    Ya llegó el verano y hacía un calor insoportable en Lima, mi macho me dijo para ir a la playa un viernes por la tarde, iríamos en el carro de un amigo suyo que se llamaba Genaro pero le decían Negro (obvio que por el color de su piel). Eran las 5 y el Negro pasó a recogernos, venía acompañado por una travestí llamada Martina, ellos vivían juntos, ella era peluquera, así los 4 fuimos a una playa cercana. Nos instalamos en un lugar alejado, felizmente había poca gente.
    
    -Es muy guapa tu hembrita compadre -dijo el Negro refiriendose a mi.
    
    -Si, ya está entrenada para complacer pero le falta poco para ser como la Martina -dijo mi macho sonriendo.
    
    -Mi mujer ya es mayor pero aún culea bien y esas tetas costaron ponérselas no es así cariño?
    
    -Ni me hagas acordar que me dolió mucho ...
    ... poder acostumbrarme Negro- dijo Martina mostrando su escote.
    
    -Muchachas vayan a darse un baño mientras tomamos unas cerevezas los machos- dijo el negro.
    
    Martina llevaba un bikini rosa, era algo gruesa de piel morena, creo que tenía 35 años pero no se le miraba mal, yo llevaba una tanga amarilla fosforescente que mi macho me había regalado, juntas entramos al mar.
    
    -Deberías usar hormonas, para que te crezcan las tetas- me dijo Martina.
    
    -No sé, no creo que quiera eso- le contesté cuando estabamos en el agua.
    
    -Lo harás con el tiempo, sino Esteban se buscará a otra, sino como crees que Genaro aún está conmigo, pues es porque lo complazco en todo.
    
    -Esteban aún no me ha dicho nada sobre ponerme tetas, pero sí me ha hecho tener relaciones con otros.
    
    -Eso nos pasa a todas al inicio, mi negro felizmente ya me quiere de uso exclusivo.
    
    -¿No estás con otros?
    
    -Al menos no que él sepa- me dijo riendo.
    
    Me quedé pensando en eso y de pronto siento una mano que me agarra la nalga derecha, volteo y era Mauricio
    
    -Que haces aquí? -le pregunté
    
    -Vine con mis amigos, vi ese culo a lo lejos y no me pude resistir en saludarte.
    
    -Uy parece que vinieron todos, habrá que saludarlos- dijo Martina
    
    Salimos del mar, Mauricio tomaba mi mano y al oído me dijo: Vine por ti, me enteré que vendrían aqui y convencí a los muchachos para venir a tomar unas cervezas.
    
    Ahora eramos un grupo grande: Esteban, Genaro, Mauricio, Pedro, Federico, Santiago, Julio (un joven barbón), ...
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