SECRETOS DE FAMILIA: Un sádico de 15 años (y 2) - Relatos Eróticos

SECRETOS DE FAMILIA: Un sádico de 15 años (y 2)

... la concha. Ella abre ligeramente las piernas para facilitarle la maniobra. Así un buen rato, ambos callados. Cuando se aproxima algún bañista o conocido cesa en su sobado. Luego el hijoputa vuelve a insistir sobre los glúteos... y un dedo ya alcanza el coño. Mamá se deja. Mamá está disfrutando.
- ¡Zorra, zorra, zorra! - grito mientras con una mano sostengo el catalejo y con la otra empiezo una paja.
Y así un tarde tras otra en aquel largo y cálido verano. Hasta que llega septiembre.

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- Dentro de unos días vuelvo a Caracas. Se me acaban las vacaciones. Hacía tiempo que no lo pasaba tan bien - me dice una tarde Charly, que se ha acercado a mi lugar de estudio.
- Claro que te lo pasado bien, cabronazo, metiéndole mano a mi madre siempre que has podido - le respondo.
- ¡Ah! ¿Te ha contado ella lo bien que congeniamos? - añade con sonrisa burlona.
- ¡Cómo me lo va a contar ella! Si se entera mi padre te mata, y a ella...
- Ya va siendo hora que te enteres que tu mamacita es más puta que las gallinas. Y que va a probar mi verga antes de que yo  parta para Venezuela.
Salté de ira sobre él agarrándole por el cuello. "¡A mi madre no le insulta ni tú ni nadie, grandísimo cerdo!", repetí varias veces. Pero una vez más, como en mis tiempos de estudiante en el internado de curas, la fuerza bruta de "Dumbo" se impuso. Me agarró por el ...

... brazo retorciéndomelo hasta hacerme un daño infinito. Cuando me vio en el suelo derrotado me dijo:
- ¿Qué te apuestas a que me follo a tu madre?
- ¡Lo que quieras, bastardo! Mi madre es la mejo yr más decente mujer que has conocido en tu vida. A ver si crees que todas son como la tuya, que os dejó tirados como una mierda a ti y a tu padre.
Los ojos de Charly se llenaron de odio y de ira. Por un momento creí que sería capaz de descoyuntarme los brazos allí mismo, pero se apaciguó y añadió.
- Ahí va la apuesta; si no consigo chingar a tu madre, te doy 500 dólares americanos (y los sacó del bolsillo y me los mostró).
- ¿Y si lo consigues, y pierdo la apuesta? - pregunté temeroso.
- Me doy por bien pagado dominando a esa hembra y dejándote en ridículo. Y poniéndole unos buenos cuernos a tu padre, jajaja.
- Eres un hijo de la gran puta - fue todo lo que se me ocurrió decir.
- Espera. Como estás muy chulito y seguro de que tu mamá es una santa, voy a apostar más fuerte. Te daré 800 dólares si pierdo, pero si pierdes tú... me facilitarás que pueda comerle la chuchita a tu hermana; ya sabes lo que me gustan los coñitos lampiños.

El trato fue sellado entre caballeros. El reto tendría lugar dentro de dos días.

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Aquella tarde en que mamá y "Dumbo" estaban solos en la piscina (mi hermana pasaba el día con la abuelita), se repitió una ...