1. ¡Qué bueno es mojar!


    Fecha: 25/04/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Tus Relatos Autor: Narciso Bello, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    QUE BUENO ES MOJAR
    En mis relaciones siempre tomo precauciones. No quiero tener tropecientos hijos. Pero en alguna ocasión no lo he hecho. Y es por puro morbo. Una chica joven me incitó a ello. Me pasó una vez y me envicié. Qué bueno es mojar. Echarlo todo.
    Tenía unos 43 años, en un trabajo y quedaba muchos días con una amiga. Pero no tenía ninguna relación con ella. No me gustaba, pero éramos amigos. Quedábamos al final para ir juntos al metro.  Había una supervisora muy jovencita como de 23 años llamada Jenifer que me tiraba los tejos debido a mi buena presencia física y además le chiflaban los maduros. Jenifer tenía cara de niña, pero era muy mala persona. Ni alta, ni baja, ni gorda ni muy delgada. Tenía mucho carácter y se peleaba constantemente con los compañeros. Su novio también trabajaba allí. A mí me gustaba porque era guapa.
    Mi amiga estaba atormentada por ella que siempre le exigía en su trabajo y humillándola. Enfadado fui a ella a quejarme.
    -	La única manera es que dejes esté trabajo. - me dijo.
    En mi puesto le daba vueltas y vueltas a lo que me había dicho. Sólo porque tenía celos. Esa chiquita era una víbora.
    Estuve a punto de hacer lo que me pedía. Esa noche me masturbaba compulsivamente y pensando en ella. Estaba loco por ella. Me imaginaba que iba al servicio y allí llegaba yo y la abrazaba y besaba.
    Y eso es precisamente lo que hice. Esperé a que fuera al servicio. Fui detrás. No había nadie más que ella. Abrí la puerta y abrí la del váter. Ya ...
    ... había orinado y se estaba abrochando el pantalón. Indefensa. Me tiré a ella abrazándola y besándola locamente. Me encontré con su boca, sus labios y su lengua enloquecida. Me respondió con la misma pasión.
    -	Estamos locos el uno por el otro. – dije yo
    Se agacho y me desabrochó el pantalón. Se tiró a por mí polla. chupándola como una lunática. Así durante largos minutos. Hasta conseguir que soltase todo mi semen. Y se lo bebió. Me agaché y acerqué mi cara al a suya. Abrazados. Y amándonos.
    -	Vienes a mi casa.
    -	No a la mía – me dijo- aprovecharemos un momento en que se vaya mi pareja a hacer algún recado.
    Así al día siguiente esperaba frente a su casa. Eran las 11 de la noche. Se abrió la puerta del portal y salió su pareja. Me apresuré a subir. Al abrir la puerta me tiré a por ella. Alocadamente Besándola y ella igual que yo. Jadeábamos salvajemente. Fuimos a su habitación y tironeábamos de la ropa violentamente. Ella llegó a darme un cabezazo en los dientes por los movimientos de pasión que hacíamos. No sé quien parecía más fuerte. Terminamos de desnudarnos y tomé la iniciativa. Lamiéndole la cara. Los labios. Los pezones. Comiéndole las tetas. Todo. Sus sobacos. Sus dientes. Sus brazos y manos. Sus muslos. Sus nalgas. Su coño metiendo mi lengua y ella gritando de placer.
    -	Como te odio- grito.
    Así chupándole el clítoris y hurgando con mi lengua dentro. Luego le comí el culo, metiendo mi lengua en su ano. O absorbiendo.
    Jennifer se montó encima de mí. Le dije que no me ...
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