1. Culos de macho. Alexis I


    Fecha: 02/05/2020, Categorías: Fetichismo Tus Relatos Autor: Omar Camarillo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... soltar esos gases enfrente de mi cara. Inmediatamente, después del pedo, Alexis se sentó sobre mí. Fue la gloria. 
    En el momento en que tuve su ano justo en mi nariz aspiré lo más profundo que podía. Quise sentir su aroma de culo de hombre llenándome los pulmones, quería acordarme de él por su olor, descubrir si tenía algo de diferente a olores de otros culos, y recordar su olor exacto para distinguirlo entre los de otros anos y otras mierdas. 
    Poco a poco Alexis comenzó a entrar en el juego, y dejaba caer todo el peso de su cuerpo sobre mi cara sin ninguna consideración. 
    
    —Ahora sí, puta, huéleme el culo. ¿Es lo que querías, no? Mi culo con mierda, como lo que eres. Huélelo. Ahí está, todo sudado y con mierda que me acabo de limpiar. 
    
    Obviamente no se había limpiado bien. Su ano y su culo, que hacían fricción con toda mi cara, tenían un olor mezclado de sudor de culo de macho, de papel de baño, y de mierda de hombre. El olor de su mierda era penetrante, pero no fétido. Ya le estaba empezando a encontrar las diferencias con otros. Yo estaba ya acostumbrándome al calor de su raja y a relajarme mientras sus dos nalgas estaban encima de mí. 
    
    —Chingado, la verga se me está parando. Pero no es por ti, pendejo, ni lo pienses. Esa teibolera me dejó super caliente. 
    —Pon porno y jálatela. Y dame esos mecos, que los quiero saborear. 
    
    
    Sin decir nada, se levantó y puso porno en la televisión de la sala. Yo aproveché para contemplar su cuerpo desnudo andar por la casa, ...
    ... y ver su verga medio parada,  y sus nalgas gordas y más o menos duras moverse mientras caminaba. 
    
    —A ver, puta. Me la voy a jalar mientras me siento sobre tu cara. 
    
    Y se sentó sobre mí otra vez. Conforme pasaban los minutos él comenzaba a sudar del culo por el calor. Yo no podía ser más feliz: el macho con el culo sudoroso sobre mí, jalándosela, y me daría esa leche para disfrutarlo. Él alternaba entre rozarme la cara de atrás para adelante, moviendo su cadera, y quedarse sentado sobre mi cara unos minutos. Ambas cosas yo las disfrutaba mucho. Cuando se quedaba sentado yo trataba de oler más profundo su ano. De repente, se me ocurrió comenzar a darle lengüetazos en ese ojete apestoso, y de inmediato Alexis reaccionó. 
    
    —No mames, pendejo! Ahh. Chingado. Puta… A ver. 
    
    Parecía contrariado porque los lengüetazos le estaban comenzando a gustar. Así que yo seguí disfrutando el banquete y seguí saboreando su ano. Continuamos así por un rato. Ocasionalmente Alexis soltaba pedos, no sé si de forma intencional o accidental. Yo sólo disfrutaba de la cena que me estaba dando. Quería chuparle la verga, pero no quería arruinar el momento. Eso vendría después. 
    —Sigue chupando, puta. Ya casi me vengo. Te vas a tragar todos mis mecos, por andar de putita sumisa. 
    
    Me excitaba cada vez más que me hablara de esa manera, además de que ya de por sí la situación me hacía muy feliz. 
    
    —Salte de abajo de mis nalgas y ven por tu leche, puta. 
    
    Se levantó un poco y dejó caer sus ...