Una pelea entre amigos
Fecha: 26/11/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... estaca.- Si me la muerdes se te van a romper los dientes.- contestó Ernesto con tono retador.- Si te la muerdo otra vez no vuelves a follar en tu puta vida.- le dije mientras sentía cómo Ernesto apretaba aún más mis muñecas, restregando su polla por mi cara. La situación era de lo más excitante. No aguanté más. Abri los labiosy apreté el tronco de su polla. Le dije entre dientes- Tú te lo has buscado ¿Estas preparado para sufrir?.- mientras le enseñaba mis dientes sobre su rabo. Él se rió y cambiando su tono de voz me dijo:- Sigue, por favor...Su tono era ahora de súplica. Estaba excitado y su polla lo delataba. Engullí su polla, y comencé a acariciarla con mis labios. En ese momento, comenzó a aflojar la tensión sobre mis manos. Me soltó totalmente y comenzó a acariciartodo mi cuerpo, mientras yo seguía esa mamada, ahora ayudado por una de mis manos, que bajó su slip para poder apreciar sus huevos. Ernesto se retorcía de gusto.- Me muero tío...Me dijo mientras mi lengua acariciaba su capullo. Mientras mi mano comenzaba a pelársela . Ni treinta segundos duro esa situación.- Para David, me voy a correr.- Tranquilo... - le contesté, sin intención alguna de parar. Él se revolvía.Notaba que se iba a correr, y se estaba poniendo incómodo. Quería parar, y al mismo tiempo quería continuar. Agarré fuertemente su polla para que no se apartase de mí. Ahora él estaba sentado encima de mí, yo yacía boca arriba en esa cama sudada. Él, con su polla ante mis labios, mientras con una mano ...
... acariciaba mi nabo, todavía enterrado en el slip. Su mano estaba dentro de mi slip, meneando mi polla enérgicamente. Mi rabo estaba loco, me moría de excitación.- Para tío, que me voy a correr. - me dijo mientras yo continuaba meneándosela con una mano, y acariciando su capullo con mi lengua. Continué sin hacerle caso. Él se retorcía, su mano nerviosa apretaba mi polla que estaba a punto de estallar. Fue cuestión de segundos. Su polla se puso muy dura. Tembló, se sacudió en mi mano, fuera de control, hasta disparar un chorro de leche tan fuerte que saltó contra la almohada. Su polla estaba totalmente loca, el segundo chorro cayo en mi cara, en mi pelo, y cómo no, en mi lengua. Era un sabor que yo desconocía. Mi cara recibía goterones de leche supercaliente que derramaba su polla salvaje. Ernesto estaba en éxtasis. Yo también. Sin que él hiciese nada, mi polla empezó a soltar leche dentro de mi slip. Era UNA CORRIDA SENSACIONAL. Mi slip estaba totalmente mojado, de sudor, de lefa, de pasión. La habitación olía a macho, el aroma que deja un orgasmo trabajado con sudor y muchas ganas de sexo. Nos habíamos corrido al mismo tiempo, y Ernesto había disfrutado al máximo. Su polla seguía dura, con una gota de leche en la cabeza que parecía no querer caer. Ernesto se derrumbó sobre mi cuerpo. Su pecho se juntó al mío, en un abrazo de pasión y, por qué no, también de amor. Habíamos culminado algo que nos arrastraba desde los últimos meses. Yo estaba feliz, pero un poco avergonzado de lo ...