Misma escuela, diferente uniforme - Relatos Eróticos

Misma escuela, diferente uniforme

... asuntos. De nuevo me sentí aliviado por pasar desapercibido.
A diferencia de lo que todos pensábamos en mi edificio, las chicas no hablaban de los hombres ni estaban vueltas locas por ellos. Tenían sus propios temas de conversación, la mayoría mucho más inteligentes que los nuestros. También hablaban de la escuela y de lo que esperaban ese nuevo año, pero en general la esencia de aquel salón era igual a la de mi edificio, si acaso más limpia y ligera. 
Decidí sentarme en la parte trasera del salón, que es donde usualmente me siento. Así que tuve que cruzar toda el aula para llegar. De nuevo nadie me prestó atención. 
Cuando me senté lo primero que sentía fue el frío de la silla en mis muslos nuevamente, estremeciéndome. Dejé mi mochila a un lado y fingí que, como las demás, esperaba a que iniciara la clase. 
Ese tiempo muerto sólo hizo que pensara más y más en lo sucedido en el autobús. No podía quitarme de la cabeza aquello que había sucedido y, sobre todo, como me había gustado. Las panties evitaban que consiguiera una erección, sin embargo de solo recordar ese movimiento circular en mi ano, mi pene se intentaba poner duro como una roca. 
El día pasó lentamente. Casi todas las profesoras me preguntaron quien era yo y por qué no aparecía en sus listas, a lo que yo contestaba con la menor cantidad de palabras y con el tono más convincente que pudiera emitir, que mis papás se habían atrasado con los trámites escolares, pero que para el fin de la semana ya me ...

... encontraría al corriente. Esa respuesta parecía satisfacerlas y seguían con el siguiente nombre. 
Si soy sincero mi aventura no fue muy emocionante en las horas escolares, pues eran exactamente igual que en mi edificio: un montón de apuntes, voces que dictan interminables oraciones y cientos de temas por ver. La verdad lo más emocionante había sido llegar y… bueno, el viaje en autobús. 
Casi al terminar las clases una profesora nos pidió que eligiéramos una actividad extraescolar y nos anotaremos en las listas en los pasillos, por lo que al salir, y siendo que ella y yo coincidimos en la puerta, fingí ir al tablón y mirar interesado las actividades que había. 
Guitarra, Soccer, Volleyball, Violín, Jazz, Ballet, Gimnasia, Canto y Computación eran algunas de las opciones que aparecían. En mi edificio, o mejor dicho, en mi faceta de chico me hubiera apuntado a Soccer, sin dudarlo, pero cómo aquí era alguien diferente decís optar por otras opciones, por lo que me apunté a Volleyball, Ballet y Gimnasia. Usé el mismo nombre que había usado durante todo el día: Alexis R. 
Salí de la escuela un poco decepcionado, sin embargo no sabía qué esperaba encontrar en el edificio de las chicas. Al día siguiente no tendría nada que contarles a mis amigos y la imagen que quería proyectar de mi mismo no se cumpliría. En fin. Eran cosas que pasan. 
Tomé el mismo autobús a casa, el cual nuevamente estaba casi vacío. Esta vez todo el trayecto permaneció así hasta la última estación. Me bajé sin saber ...